El presidente estadounidense, George W. Bush, firmó hoy en Scottsdale, Arizona, la ley de Presupuesto del Departamento de Seguridad Interior, que incluye 1.200 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México
Aunque el mandatario no aprobó todavía la edificación, ésta ya fue autorizada por el Congreso.
La ley de Presupuesto establece un paquete de medidas de refuerzo de la seguridad fronteriza, con una inversión total de 33.800 millones de dólares. Entre estas medidas, figura la atribución de 1.200 millones de dólares para la construcción de la muralla.
La nueva ley. Según Bush, la norma "provee fondos para más vallas fronterizas, barreras vehiculares, iluminación, tecnología de punta, incluidos radares de tierra, cámaras infrarrojas, y sensores avanzados que ayudarán a prevenir cruces ilegales en la frontera sur".
El presidente aseguró además que pretende aumentar de 12 mil a 18 mil el número de agentes de la Patrulla Fronteriza para el 2008, y sostuvo que esta ley permitirá incrementar el número de efectivos del cuerpo en 1.500 personas.
Señaló también que permitirá agregar 6.700 plazas a los centros de detención para albergar a inmigrantes capturados cruzando ilegalmente la frontera.
Controversia. Con el objetivo de calmar a la comunidad hispana residente en EE.UU, que se enfureció con el anuncio de la construcción del muro, Bush reiteró su pedido al Congreso de una reforma de las leyes migratorias que permita crear alternativas para que los inmigrantes obtengan permisos de trabajo temporal en el país.
Sin embargo, el proyecto de ley que permite crear la valla fue la única medida aprobada por el Congreso, la única sobreviviente al intento de reforma.
Repudio. Los gobiernos de América Latina, y el de México en particular, mostraron en los últimos días su rechazo a la construcción de la muralla, y calificaron de " errónea" y " lamentable" la decisión de Estados Unidos.
El afectado directo, México, puso de manifiesto su profundo desagrado por la iniciativa, y expresó su "enérgico rechazo al establecimiento de muros" y destacó que la medida "lastima la relación bilateral en su conjunto, (y) es contraria al espíritu de cooperación que debe prevalecer para garantizar la seguridad en la frontera común".
Por su parte, los mandatarios centroamericanos reunidos en Honduras con el presidente electo de México, Felipe Calderón, lamentaron el martes " la adopción de decisiones que no armonizan integralmente las políticas migratorias y de seguridad".