Washington - La campaña para las elecciones presidenciales de 2008 ya tiene un marcado acento latino en los Estados Unidos, con la candidatura del hispano Bill Richardson, el nombramiento del cubano-estadounidense Mel Martínez al frente del Partido Republicano y la multiplicación de actos en idioma español.
"Es una campaña histórica para las primarias", aseguró Adam Segal, director del Proyecto de Votantes hispanos de la Universidad Johns Hopkins, tras la decisión de Richardson de entrar en la carrera electoral para tratar de convertirse en el primer presidente hispano de la historia de los Estados Unidos.
El anuncio el domingo del gobernador demócrata de Nuevo México, de madre mexicana, de crear un "comité exploratorio" como primer paso hacia las primarias demócratas del próximo año, "va a aumentar la atención sobre la forma en la que todos los candidatos van a tratar de acercarse a la comunidad latina", añadió el analista.
Por su parte, los republicanos no se quedaron con los brazos cruzados después de perder, en las elecciones de noviembre, el capital ganado por el presidente George W. Bush desde 2000 en la comunidad hispana, la mayoría más importante del país con cerca de 45 millones de personas.
El viernes , los miembros del partido eligieron como presidente general al senador Mel Martínez hasta las elecciones presidenciales de 2008, con el propósito evidente de recuperar el terreno perdido en la comunidad latina y tratar de mantener el dominio republicano en Florida y el oeste.
" La familia Bush ha entendido la importancia del voto hispano y de cómo conseguir ese voto, como ningún otro republicano lo ha logrado hasta ahora", explicó Daniel Restrepo del Center For American Progress, en alusión al más de 40% de los votos conseguidos por el presidente en la comunidad en 2004.
Como aquel año, los dos partidos multiplicarán, en los casi dos años de campaña, los esfuerzos por seducir a los hispanos en los estados donde su creciente peso puede determinar el resultado nacional de una elección presidencial como Florida, Colorado, Nevada, Arizona y, por supuesto, Nuevo México.
"Para un candidato demócrata, esos estados son clave para ganar la presidencia", subrayó Restrepo, tras recordar que los demócratas han elegido precisamente la ciudad de Denver, en Colorado, para su convención de 2008, en la que designarán a su candidato, en medio de una fuerte comunidad hispana.
Para ganar esos estados, Richardson podría tener la clave: logró la reelección en noviembre como gobernador de Nuevo México con casi el 70% de los votos, a pesar de que Bush había ganado ese mismo estado en las elecciones de 2004.
Gracias a la candidatura del gobernador de Nuevo México, "la comunidad latina lo tendrá más fácil para presionar a los candidatos para que se acerquen a ella. Les permite empezar con su propósito mucho más temprano que de costumbre", explicó Segal.
De hecho, la favorita en las encuestas Hillary Clinton ya tiene una página de Internet en español, mientras el senador afroamericano Barak Obama hizo apariciones en actos hispanos en el Congreso y el también candidato Joseph Biden designó a un latino como jefe de campaña.
Además de la campaña, el español también sigue ganando terreno en el Congreso, sobre todo después del triunfo demócrata de noviembre sobre los republicanos, que habían centrado su campaña electoral en la lucha contra la inmigración ilegal.
El pasado viernes, el senador demócrata Ken Salazar, de Colorado, ofreció la primera conferencia de prensa celebrada exclusivamente en español por un político estadounidense en el Capitolio.
"Es importante que la comunidad latina pueda entender lo que está pasando aquí en este edificio y que afecta sus vidas en tan gran manera", explicó el congresista, tras ofrecer el mensaje de su partido previo al discurso sobre el Estado de la Unión que debe ofrecer Bush la noche del martes.