En este momento, el mayor riesgo al que se enfrenta Hugo Chávez no es el cáncer que padece sino las complicaciones que surgieron en el proceso posoperatorio luego de la cuarta intervención quirúrgica a la que fue sometido.
La poca información oficial que llega del gobierno venezolano habla de una “severa infección pulmonar” que, según médicos especialistas, conlleva altos índices de mortalidad en pacientes con cuadros clínicos similares al que presenta hoy el mandatario.
Chávez fue operado el martes 11 de diciembre. Una semana después, un comunicado oficial informó que los doctores le habían diagnosticado “una infección respiratoria que el equipo médico procedió de inmediato a tratar y ha sido controlada”. Sin embargo, el domingo 30 de diciembre, el vicepresidente Nicolás Maduro admitió la aparición de “nuevas complicaciones surgidas como consecuencia de la infección respiratoria ya conocida”.
En esa segunda oportunidad, Maduro dijo que “nos mantuvimos pendientes de la evolución de su situación y la respuesta a los tratamientos”. Pero, a diferencia de la primera vez, no mencionó que la infección estuviera bajo control.
El pasado jueves, otro comunicado oficial ofreció más detalles: “Tras la delicada cirugía del 11 de diciembre, el comandante Chávez ha enfrentado complicaciones como consecuencia de una severa infección pulmonar. Esta infección ha derivado en una insuficiencia respiratoria”.
De acuerdo con especialistas consultados por PERFIL, la información oficial disponible –más allá de versiones y rumores– es suficiente para trazar un pronóstico sombrío. Chávez sufre un déficit inmunológico provocado por un tratamiento prolongado de radioterapia y quimioterapia y por la exposición a cuatro extensas cirugías, la última de ellas de seis horas. Este cuadro hizo que aumentaran las probabilidades de que aparecieran infecciones en el posoperatorio.