El antichavismo lo había anticipado la semana pasada. “Hugo Chávez volverá a insistir con su proyecto de reelección presidencial perpuetua si logra triunfar en las elecciones regionales”, advertían a coro los disidentes del oficialismo junto a los opositores del presidente.
Y Chávez lo hizo: a las pocas horas de haber sido derrotado en los centros urbanos y de haber perdido el apoyo de los sectores más humildes de Caracas, ayer el presidente volvió a la carga y, aunque aclaró que no es una “prioridad”, reconoció que “evalúa” reformar, nuevamente, la Constitución para acceder a un tercer mandato.
La Carta Magna, modificada en 1999 por impulso del propio Chávez, sólo permite dos turnos presidenciales. El bolivariano ya fue reelegido en 2006 y no puede volver a presentarse, pero ayer dijo que 2009 “sería un buen año para que se discuta” en el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) la promoción de una nueva reelección, porque “es un derecho del pueblo”, especialmente, tras la “gran victoria” de sus candidatos en los últimos comicios regionales y municipales.
Hace un año, Chávez sufrió su primera derrota en el poder cuando los venezolanos le dijeron “NO” a su propuesta de reelección presidencial continua. Ahora el bolivariano, retoma su idea en lo que parece ser, por lo menos, una lectura equivocada del mensaje que dieron las urnas este domingo: nadie puede decir que el antichavismo logró una victoria, pero tampoco nadie puede afirmar que el chavismo se consolidó.
El presidente ganó en 17 de las 22 gobernaciones, pero los 5 estados en los fue derrotado concentran el 70% del PBI y el 44% de la población. Y, lo que es más grave para el propulsor de la revolución socialista, Chávez también perdió el apoyo de los sectores caraqueños más carenciados: en Petare, una de las villas miserias más grandes de la región, el chavismo obtuvo un 43% y quedó en segundo lugar. Hace cuatro años había obtenido el 52% de los votos.
“No voy a proponer ninguna otra reforma constitucional. Me quedan cuatro años de gobierno, y si Dios y la Virgen quieren y me acompaña la buena salud, voy a acelerar la marcha para cumplir con el proyecto socialista bolivariano”, advirtió Chávez ayer. “He dicho que no voy a introducir ni solicitar ninguna reforma constitucional en torno al punto de la reelección presidencial. Lo que no puedo es evitar que alguien más pueda hacerlo”, agregó.
Chávez vive en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano, desde 1998. Si logra su objetivo de volver a reformar la Constitución, podría presentarse por tercera vez consecutiva como candidato presidencial en 2012 y, de ganar, sólo tendría que empezar a pensar en mudarse recién en 2019.
