Kabul y Washington - La visita del vicepresidente de
Estados Unidos, Dick Cheney, a la base militar de su país en Bagram, Afganistán, se vio opacada por
un atentado suicida de la insurgencia
talibán que causó varios muertos y que según el gobierno afgano fue uno de los más graves de
los últimos meses.
Cheney, que era el objetivo del ataque, salió ileso y se reunió
más tarde en Kabul con el presidente afgano, Hamid Karzai. El número de víctimas del
atentado en la base ubicada en el norte de Afganistán ascendió según el Ministerio afgano del
Interior a 16.
Las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos reportaron la muerte de nueve
personas, entre ellos el atacante y dos soldados aliados, además de 21 heridos.
Según informó por teléfono a dpa el portavoz de la insurgencia talibán Qari Mohammed Yusef
Ahmadi, el atacante se llamaba
Abdul Rahim y procedía de la provincia de Logar, en el este
del país.
El portavoz confirmó que el objetivo del ataque era Cheney y habló de más de 20 muertos y 30
heridos, la mayoría soldados estadounidenses, aunque las cifras de muertos proporcionadas por los
talibán en estos casos suelen ser exageradas.
La explosión se produjo a las 10 ante la entrada de la base estadounidense de Bagram, cerca
de Kabul, la más importante de Estados Unidos en Afganistán. Cheney fue trasladado sano y salvo a
un búnker inmediatamente después de la deflagración.
Tras el atentado, Cheney se trasladó ileso y como estaba previsto a Kabul para reunirse con
el presidente afgano. A su partida de Afganistán, aseguró que el atentado talibán tenía por
objetivo poner en duda "la autoridad del gobierno central" de Kabul. "Esto no debería afectar
nuestra conducta", dijo el mandatario.
En Washington, el portavoz de la Casa Blanca
Tony Snow señaló que el ataque no fue un indicio de la
fuerza de los talibán en el país porque fue "aislado". "Un individuo que quiere cometer un acto de
violencia o matarse es muy difícil de frenar", aseguró. "Pero no estoy seguro de que se puedan
sacar conclusiones más amplias sobre cualquier organización en base a un incidente como éste",
añadió el vocero.
Los talibanes anunciaron una ofensiva de primavera en Afganistán, que según los rebeldes
comenzará de un momento a otro. La OTAN, que comanda la fuerza multilateral de estabilización ISAF,
quiere frustrar el contraataque talibán a toda costa. Durante su viaje, Cheney visitó al presidente
paquistaní, Pervez Musharraf, para analizar la situación en el vecino Afganistán.
Musharraf es criticado por Washington y Kabul, que lo acusan de actuar con demasiada timidez
contra los extremistas refugiados en la frontera bilateral y que perpetran atentados en Afganistán.
Estados Unidos intenta comprometer aún más en la lucha antiterrorista a Musharraf, resistido
ya entre muchos sectores de la población paquistaní que lo consideran demasiado dócil a los
dictados de Washington.
Fuente:
AFP y
DPA