Durante una reunión en La Meca, ciudad santa para los musulmanes, líderes religiosos chiitas y sunitas iraquíes firmaron el "Documento de La Meca", un texto que insta principalmente al fin del derrame de sangre musulmana en Irak, que se intensificó tras el derrocamiento de Sadam Husein durante la invasión norteamericana al país en abril de 2003.
Tras un breve discurso, el secretario general de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), Ekmeleddin Ihsanoglu, leyó el texto compuesto por diez puntos.
El documento estipula en particular la necesidad de "salvaguardar los bienes, la sangre y el honor del musulmán", "los lugares de culto de los musulmanes y de los no musulmanes" y "la unidad nacional islámica".