En pocos meses, un ministro del gobierno de Chile fue noticia dos veces por protagonizar actos "heróicos" en la vía pública.
Nadine de los Milagros Ramírez, una empleada doméstica peruana, bajaba las escaleras de la estación de subterráneos Puente Cal y Canto, en el centro de Santiago de Chile, entre la marea humana de la hora pico de la mañana.
De pronto, sintió desencajarse su tobillo derecho y un dolor punzante en la espalda: se le había enredado una sandalia, se le torció el tobillo, y cayó sobre él con todo el peso de su cuerpo. Quedó tendida en el piso, inmovilizada.
Pero una voz acudió en su ayuda. "¡Que nadie se mueva!", gritó alguien. Nadine se vio súbitamente cubierta de flashes y rodeada de personas. Es que ese alguien era Hernán De Solminihac, ministro de Obras Públicas del gobierno de Chile, que viajaba en el transporte público para promocionar la campaña oficial de descongestionar el tránsito de la capital del país.
El funcionario vio a la mujer y recordó un accidente que había sufrido una pariente suya hace 40 años. "Lo que le dijeron me quedó grabado: 'lo que te dejó inválida no fue el accidente, si no las personas que te movieron'", expresó Solminihac al diario chileno Las Últimas Noticias. "Por eso me aseguré que a esta señora no la moviera nadie hasta que llegaran los paramédicos", agregó.
No es la primera vez que el ministro asiste a un chileno en problemas. A fines de 2010, auxilió a las víctimas de un accidente de tránsito. "Ya me tiran la talla (bromean) en el Ministerio por andar ayudando gente", confesó al matutino.