Hay luz al final del túnel. Eso parece transmitir China, que sale poco a poco de su “momento más oscuro” en la batalla contra el coronavirus. El gobierno de Xi Jinping anunció que ayer hubo solo ocho nuevos casos positivos, la cifra más baja desde que comenzó en enero a publicar estadísticas sobre la pandemia. El Ministerio de Salud también informó siete muertes, lo que elevó el total de víctimas fatales a 3.176 en China continental (excluyendo Hong Kong y Macao). Desde la aparición del Covid-19, se reportaron casi 81 mil casos en el gigante asiático. Pero el dato más alentador es que tras ordenar masivas cuarentenas en la provincia de Hubei, el epicentro del brote, la cantidad de infectados decreció progresivamente, aplanando así la curva epidémica y evitando un pico de infecciones que sature el sistema de salud.
La recorrida del presidente por Wuhan, el martes pasado, fue un claro mensaje enviado a sus ciudadanos y, también, a la comunidad internacional. El gobierno chino logró, con medidas de control social y una férrea autoridad, progresos en el combate a la epidemia, mientras Occidente se sume en el desconcierto y el pánico.
Según la agencia oficial Xinhua, Xi alentó, a través de una teleconferencia, a un paciente hospitalizado. “Lo que debe hacer ahora es mantener la confianza. Todos debemos tener confianza en que ganaremos esta guerra. ¡Victoria para Wuhan, victoria para Hubei y victoria para China!”, habría afirmado, tras recorrer las desiertas calles de la ciudad.
La prensa china destacó el liderazgo del jefe de Estado, que, por su parte, elogió “los enormes sacrificios realizados por los vecinos y el personal sanitario”, a los que calificó de “héroes”, según el diario Global Times, también oficialista. “Además de un desafío de salud pública, China enfrentó desafíos para la conducción política del Partido Comunista Chino y de Xi Jinping para mostrar su rol de potencia y su proyección internacional”, explicó a PERFIL Esteban Actis, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “Que haya hasta ahora logrado frenar la pandemia ha ayudado a reforzar la idea de que es una potencia en ascenso”, agregó.
La cifra: 3176 muertos por coronavirus se reportaron en el gigante asiático desde mediados de enero de 2020
Pese a que la cuarentena sigue vigente en Hubei, donde viven 56 millones de personas, las autoridades flexibilizaron algunas medidas en las zonas menos afectadas del país. Las personas sanas de esos lugares podrán viajar ahora dentro de las fronteras provinciales.
Juego de poder. Mientras Donald Trump afirmaba que el Covid-19 era un “virus extranjero” y suspendía los vuelos provenientes de Europa, China envió ayuda humanitaria a Italia. “Las respuestas que está teniendo Estados Unidos a la hora de intentar contener el virus, rechazando la cooperación internacional y sin ponerse a la vanguardia de la emergencia mundial, y, por el contrario, la actitud de China de ofrecer ayuda a otros países, puede acelerar esta tendencia de transición de poder. China no solo está convergiendo con Estados Unidos, sino que claramente lo desafía en todas las dimensiones de poder”, consideró Actis.
El régimen comunista disparó ayer contra la Casa Blanca, acusándola sin pruebas de haber diseminado la epidemia en China. “Es posible que haya sido el ejército estadounidense el que trajo la epidemia a Wuhan”, aseguró en Twitter un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian. “¡Estados Unidos debe ser transparente! ¡Y debe publicar sus datos! Estados Unidos nos debe una explicación”, agregó, sin citar ningún estudio científico.