INTERNACIONAL
en moto por brasilia

Cómo fue el paseo de Dilma en una Harley-Davidson

Se subió al asiento trasero y cumplió un "viejo sueño" de dar una vuelta. Los detalles.

Un ministro confirmó que la presidenta de Brasil habló de su viaje en Harley Davidson en un ascensor del Palacio de Planalto.
| Cedoc

La prensa brasileña reveló ayer nuevos detalles sobre la curiosa aventura de la presidenta Dilma Rousseff, quien salió de incógnito a andar en moto por las calles de Brasilia. Según el diario Folha, la mandataria se subió a la Harley-Davidson del secretario ejecutivo del Ministerio de Bienestar Social, Carlos Gabas, para cumplir con su “viejo sueño” de dar una vuelta motorizada.

El episodio tuvo lugar el primer domingo de agosto. De acuerdo con fuentes del Palacio de Planalto que hablaron off the record con el periódico paulista, Rousseff siempre le decía a Gabas –un apasionado de las motos que suele ir en su Harley a las reuniones de fin de semana en la residencia presidencial de Alvorada– que saldría con él a “dar una vuelta por la ciudad”. La jefa de Estado llegó incluso a tomarle fotos a la motocicleta del funcionario.

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Nadie esperaba que ella cumpliera su promesa, pero al parecer ocurrió. “Se subió en el asiento trasero de Gabas”, comentó un asesor. Dilma aprovechó la ceremonia del cambio de bandera en la plaza de los Tres Poderes para escapar de sus guardaespaldas. Sin embargo, luego se supo que el jefe de la custodia presidencial estaba al tanto de la aventura y mandó a seguirla a distancia.

Folha intentó contactar a Gabas para confirmar la historia, pero no pudo ubicarlo ya que se encontraba de vacaciones en Estados Unidos viajando en su Harley por la Ruta 66, escenario de la clásica película Easy Rider, protagonizada por Peter Fonda y Dennis Hopper.

Según asesores cercanos a Rousseff, aunque a la mandataria no le gustó que la prensa hubiera revelado el episodio, se echó a reír cuando leyó la historia en los diarios.

Los medios se enteraron de la salida anónima de Rousseff a través de su ministro de Energía, Edison Lobao, quien el jueves contó que la jefa de Estado le había confesado su atrevimiento en un ascensor del Palacio de Planalto.

Me puse el casco y salí andando por las calles”, le dijo a Lobao. “Ni él sabe de la escapada”, agregó, señalando al jefe de la seguridad presidencial, el general Marcos Antonio Amaro. Pero se equivocaba. “Sí, señora presidenta. Estoy al tanto. Envié un equipo de seguridad para seguirla”, le contestó el custodio.