Un tribunal en la India condenó ayer a la horca a cuatro hombres acusados de violar en grupo a una joven en un colectivo en Nueva Delhi, un ataque que fue tan brutal que la mujer murió dos semanas después por las lesiones internas infligidas. El episodio conmovió al país y se convirtió en un símbolo del maltrato generalizado que sufren las mujeres y de la incapacidad del gobierno para lidiar con la delincuencia.
Al dar su fallo, el juez Yogesh Khanna destacó que la agresión “conmocionó la conciencia colectiva” de la India. “En estos tiempos, cuando los delitos contra las mujeres se han intensificado, los tribunales no pueden pasar por alto ese tipo de crímenes espantosos”, sostuvo el magistrado.
La víctima, de 23 años, y un joven que la acompañaba regresaban una tarde de diciembre de ver la película La vida de Pi, cuando los imputados los invitaron a subir a un autobús en el que andaban paseando por la ciudad. Una vez allí, golpearon al hombre y violaron por turno a la mujer. Además, la penetraron con una barra metálica, lo que le causó las heridas internas que provocaron su muerte en un hospital.
Tras conocerse la sentencia, el alarido de uno de los cuatro hombres, Vinay Sharma, de 20 años, llenó el pequeño recinto. Sharma estalló en llanto. Mientras el juez se alejaba del estrado, el abogado defensor A.P. Singh, que representó a los cuatro hombres en varias instancias, le gritó: “Esta no es una victoria de la verdad. Pero es la derrota de la justicia”.
Como en otras condenas de muerte, el fallo de Khanna debe ser ratificada por la Corte Superior de la India. Los hombres pueden apelar ante el Tribunal Supremo y pedir clemencia al presidente.
La familia de la víctima, además de numerosos políticos y funcionarios del gobierno, habían exigido la ejecución de los hombres. Los familiares estaban presentes en el tribunal cuando se leyó la sentencia. “Estoy satisfecho de que nuestra hija haya recibido justicia”, indicó el padre de la víctima, cuya identidad la Justicia mantuvo en el anonimato.
Uno de los condenados, comenzó a llorar tras conocer el veredicto, mientras los otros tres comenzaron a suplicar el perdón del tribunal a viva voz, entre el clamor de la sala abarrotada y los centenares de personas que se congregaron en el exterior del juzgado.
Sólo dos personas, acusadas de terrorismo, fueron ejecutadas en la India desde 2004.
