"En la plaza me gritaron sudaca okupa", le cuenta a Diario PERFIL, con la voz atragantada al borde del llanto, Raúl Maneiro, un ciudadano argentino que tuvo que ocupar una casa en el pueblo de Collado Villalba, adentrado en la sierra madrileña, luego de quedarse en la calle con sus ocho hijos y su mujer.
Raúl tiene 38 años y es oriundo de Parque Patricios, llegó a España en 2003, expulsado por la crisis argentina de 2001. "Allí era camionero, me despidieron y no me quedó otra que salir a juntar y vender cartones", explica. "Un primo me consiguió un trabajo de camarero en Madrid, y me vine, a la vez trabajaba en la construcción", agrega. Sus dos trabajos le permitieron, traer a España a su familia.
Andrea Garrone tiene 37 años y es la esposa de Raúl. Fue cajera en un vivero pero la echaron hace casi tres años. Hoy, Raúl, hace las pocas changas que le salen y una de sus hijas, Débora cuida a una anciana por 300 euros por mes. Con eso, y con lo que le alcanzan algunos amigos, le dan de comer, como pueden, a sus ocho hijos.
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