Durante la campaña con la que sueña llegar al Palacio de la Moneda, Sebastián Piñera debió enfrentar el dilema de elegir entre el mundo de la política y el de los negocios. Y, si bien tiene acciones en LAN, Chilevisión, el club Colo Colo y la Clínica Las Condes, entre otras compañías, el empresario que cuenta con una fortuna de 1200 millones de dólares no dudó: ante la pregunta de un cronista de la edición chilena de Caiga quien Caiga sobre si prefiere su billetera o la banda presidencial, optó por la última.
“Cuando el país recuperó la democracia, ingresé a la política. Siempre esperé que se legislara para regular la legítima actividad privada de aquellos que tenemos una vocación de servicio público. Por eso yo transferí voluntariamente la administración de mis activos y mis empresas a instituciones reguladas por entes públicos”, declaró el candidato de Coalición por el Cambio, que fue senador entre 1990 y 1998.
Piñera, un dirigente de la derecha que pretende mostrarse como un hombre exitoso que representa a la nueva política, intentará hoy imponerse en la primera vuelta de las presidenciales, en las que según las últimas encuestas tiene una intención de voto del 44 por ciento. Sin embargo, no todo es color de rosas para uno de los diez hombres más ricos de Chile, que según la revista Forbes ocupa el puesto 701 a nivel mundial y amasó su fortuna durante la década de los 80, al calor de los última década del dictador Augusto Pinochet en el gobierno.
“Yo siempre me opuse al gobierno militar. Pero Pinochet dejó de ser presidente de Chile hace más de 20 años, ya es parte del pasado. Y no pretendo ser guardián del pasado, quiero ser constructor del futuro. La gente vota por el futuro y por eso vamos a ganar los comicios”, se defendió Piñera de las críticas de sus adversarios de izquierda, en relación al crecimiento de su patrimonio en esos años y su cercanía con dirigentes de la dictadura. Y no dudó en atacar a la Concertación: “Ellos ya han tenido no una, ni dos, ni tres, sino cuatro oportunidades y francamente creo que no merecen una quinta oportunidad”, aseveró el candidato al cierre de su campaña.
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