La grave situación humanitaria en Gaza, donde el Ejército israelí mantiene desplegadas sus tropas con el fin de eliminar totalmente al movimiento islámico Hamas, se agrava día a día por la falta de suministros de todo tipo.
La crisis se ve acrecentada por la muerte de cientos de personas que intentan obtener alimentos en los centros de ayuda. Hamas y el Ejército israelí se culpan mutuamente por este escenario de horror.
Actualmente sólo hay centros de distribución de ayuda de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Estados Unidos e Israel. Allí llegan alimentos, medicamentos y algunos otros productos de primera necesidad.
La GHF comenzó a operar en el enclave a finales de mayo, tras dos meses de bloqueo impuesto por Israel a la entrada de toda ayuda humanitaria pese a las advertencias sobre un riesgo inminente de hambruna.
Naciones Unidas y las principales organizaciones de ayuda se han negado a trabajar con la fundación, alegando que sirve a objetivos militares israelíes y viola principios humanitarios.
Todos los días se agrupan frente a estos centros cientos de personas para conseguir alguna ayuda. Pero muchos de ellos caen bajo los disparos, sin que quede muy claro de dónde provienen.
La ONU sostiene que desde finales de mayo registró 875 personas fallecidas mientras trataban de conseguir alimentos, incluidas 674 “en las inmediaciones de los centros de GHF”.
Las autoridades sanitarias de la Franja, gobernada por Hamas, culpan a las fuerzas israelíes de dispararles a los palestinos que se acercan a pedir comida.
El Ejército israelí, en tanto, señala que ellos suelen hacer disparos de advertencia durante los tumultos y que sólo se defienden cuando grupos enviados por Hamas intentan atacarlos. También explican que los terroristas envían gente para generar caos y así tomarlos distraídos.
Dadas las restricciones impuestas a la prensa en Gaza y las dificultades de acceso sobre el terreno, los periodistas internacionales no pueden verificar de forma independiente las afirmaciones de las partes.
Más allá de los cruces entre los bandos, lo cierto es que son enormes las carencias de la población de Gaza y la desesperación hace que se produzcan trágicas estampidas.