El presidente colombiano Juan Manuel Santos tendrá que transpirar la camiseta para ser reelecto el próximo domingo. No sólo competirá contra el candidato del uribismo, Oscar Iván Zuluaga, sino que también deberá luchar contra la fiebre mundialista que se instalará en el país desde la víspera, cuando la selección cafetera enfrente a Grecia en su debut en la Copa de Fútbol de Brasil. Además, tendrá otro poderoso adversario. La apatía política generó que el 60% de los 33 millones de votantes no acudiera a las urnas el pasado 25 de mayo y también es un dolor de cabeza para el mandatario. Con las encuestas divididas –dos auguran un triunfo del oficialismo y dos de la oposición–, la carrera electoral se definirá una vez iniciada la máxima competencia deportiva. Ese factor amenaza con multiplicar el ausentismo electoral, en un país en el que no es obligatorio votar. “La abstención perjudicó más a Santos, porque no pudo movilizar a todos sus electores, que estaban muy confiados que iban a triunfar”, explicó a PERFIL Fernando Giraldo, profesor de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Javeriana. “Si Colombia gana en el primer partido, es probable que eso genere un buen estado de ánimo de los colombianos y la gente quiera ir a sufragar. Pero si pierde, es muy difícil que vayan. El Mundial va a influir”, agregó el académico colombiano. En la primera vuelta, Zuluaga superó a Santos por medio millón de votos. De cara al ballottage, los dos candidatos buscaron sellar alianzas con los otros postulantes presidenciales. Con la paz con las FARC como objetivo en común, el mandatario logró el apoyo del Polo Democrático, mientras que el uribismo contó con el respaldo del Partido Conservador. Según los últimos sondeos, los comicios se definirán por un estrecho margen. Cifras y Conceptos y Daxteco sostienen que Santos será reelecto, con una ventaja de entre cuatro y cinco puntos. Por su parte, Ipsos Napoleón Franco y Gallup se inclinan por Zuluaga, al que le adjudican una ventaja del 8%. Sin embargo, el margen de indecisos puede inclinar la balanza en cualquier sentido. Con un resultado incierto, el jefe de Estado saldrá a la cancha el 15 de junio para enfrentar a Zuluaga, la apatía y la fiebre futbolera. Y tendrá la misma premisa que el equipo de José Pekerman: ganar, gustar y golear.
