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Críticas a la propuesta de Peña Nieto de reformar la petrolera estatal Pemex

Peña Nieto. El presidente mexicano quiere atraer inversiones.
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Desde México (ANSA)
La iniciativa de reforma energética presentada días atrás por el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, que propone el fin del monopolio de la empresa estatal Pemex sobre el sector petrolero y la apertura a capitales privados, fue saludada por la comunidad financiera mundial y festejada por empresarios locales, pero suscita cada vez más dudas entre políticos opositores y especialistas energéticos.
Según el ex candidato presidencial de izquierda Andrés López Obrador, el proyecto, enviado al Senado para su discusión, implica “entregar el petróleo mexicano a extranjeros” e implica el riesgo de destruir al país. Citando al general Lázaro Cárdenas –ex presidente de México que nacionalizó las empresas petroleras en 1938–, López Obrador, que convocó a una manifestación para repudiar el proyecto oficial, acusó de “traidor a la patria” a “quien entrega los recursos naturales a extranjeros”.
A su vez, otro dirigente histórico de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del ex mandatario, dijo que la reforma que plantea Peña Nieto “no sólo es riesgoso sino también grave para el país, porque se perdería la industria petrolera como conductora del crecimiento económico y como eje del desarrollo nacional”.
La iniciativa de Peña Nieto no incluye la venta de los dos grandes monopolios del sector, la petrolera Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sino poner a ambas empresas “a la vanguardia y hacerlas más competitivas” sumando como socios a capitales privados.
Algunos de los cambios que propone la reforma para el sector petrolero incluyen los “contratos de utilidad compartida” que permitirían mantener el control estatal sobre el crudo y un nuevo régimen fiscal para Pemex, que provee al Estado de un tercio de sus ingresos impositivos.
El diario The Wall Street Journal, la biblia de la comunidad financiera internacional, señaló en un editorial que de aprobarse, la reforma energética propuesta sería “un hito en la modernización del país, como no sucedía desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan)”