La figura del papa Francisco despertó la atención de fieles y no fieles desde el primer minuto de su pontificado. Su club de fútbol favorito, su origen, su pensamiento jesuita, etc. Pero su forma de vida austera y su único equipaje, su maletín, provocaron la curiosidad sobre su contenido.
Entre los gestos del Sumo Pontífice que despertaron admiración, se encuentra lo despojado de bienes materiales que resultó para la comunidad internacional. El rechazo a la cruz de oro, el uso de sus viejos zapatos y tantas otras expresiones demostraron el principio de su sencilla forma de vida.
El maletín negro, su único equipaje cuando se traslada fuera de Roma, también fue motivo de consulta durante el largo regreso desde Brasil, tras la clausura de la Jornada Mundial de la Juventud.
De su contenido surgieron distintas hipótesis. Una de ellas hablaba que portaba documentos relacionados con Vatileaks (y que por eso no era cargado siquiera por un colaborador).
En pleno vuelo, un periodista le preguntó qué llevaba en el maletín. Francisco respondió, para risa de los presentes: "No había dentro la llave de la bomba atómica".
Luego, reveló el misterio: "La llevaba porque siempre lo he hecho. Cuando viajo la llevo. Dentro llevo la maquinita de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer. Llevo uno sobre Santa Teresita, de la que soy devoto. Siempre llevo el maletín cuando viajo, es normal. Debemos ser normales".
Y concluyó: "Es un poco extraño lo que me dicen que ha dado la vuelta al mundo esa foto. Debemos habituarnos a ser normales, a la normalidad de la vida".
