La detención del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que niega todas las acusaciones en su contra, podría producirse a partir de la semana que viene, una vez que su defensa presente sus últimas objeciones, si es que decide hacerlo, informó el tribunal de apelaciones (TRF4) que lo condenó en segunda instancia. La asesoría del equipo de abogados del exmandatario dijo que esa posibilidad estaba bajo análisis.
"No será detenido de inmediato porque lo que juzgó el STF (Supremo Tribunal Federal) es un habeas corpus que autoriza la expedición de una orden de prisión", explicó el criminólogo Jovacy Peter Filho. Quedan aún por analizar "posibles nuevos recursos en el TRF4 y solo entonces podría llegar la orden del juez Sergio Moro", añadió.
Moro es el magistrado de primera instancia que desde su despacho de Curitiba se convirtió en ícono de la lucha contra la corrupción para muchos brasileños. Fue el encargado de dictar la condena contra el expresidente y contra otros políticos y empresarios enredados en la “Operación Lava Jato”, una megainvestigación iniciada hace cuatro años que puso en la mira de la justicia al actual presidente conservador, Michel Temer, y a buena parte de su gabinete, junto con decenas de diputados y senadores.
La corte suprema de Brasil sacudió los cimientos del sistema político al autorizar la detención del expresidente Lula a la medianoche de este jueves. El fallo, pronunciado después de la medianoche del miércoles tras más de diez horas de debates, también impacta de lleno la carrera presidencial de la mayor economía latinoamericana que se dirimirá el 7 de octubre, al dejar prácticamente fuera del tablero al favorito en las encuestas.
Condenado en segunda instancia a 12 años y un mes de cárcel por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en la trama de sobornos de la estatal Petrobras, Lula pretendía conservar su libertad hasta agotar los cuatro grados del sistema jurídico brasileño. Pero con un apretado resultado de 6 a 5, los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) rechazaron el recurso (habeas corpus) presentado por la defensa del exmandatario (2003-2010), de 72 años.
Ya conoció la cárcel. En 1980, el influyente líder de una masiva huelga de metalúrgicos brasileños, fue detenido durante 31 días por "atentar contra el orden nacional", en plena dictadura militar, que se extendió entre los años 1964 y 1985.
Lula fue arrestado el 19 de abril en su domicilio de Sao Bernardo dos Campos, en las afueras de Sao Paulo, y conducido a la sede paulistana de la Dirección de Orden Política y Social, donde fueron torturadas centenas de personas durante la peor fase de la dictadura.
En 2014, en su testimonio ante la Comisión Nacional de la Verdad, Lula afirmó que fue "tratado con dignidad". Le fueron permitidas un par de salidas para visitar a su familia y para ir al funeral de su madre; podía leer periódicos e incluso una vez le permitieron ingresar un televisor para ver un partido de fútbol de su equipo favorito, el Corinthians de Sao Paulo.