"Se metió en una pequeña hondonada en una recta y cuando salió, un camión y un remolque salieron de la curva y no pudieron evitarlos", reconstruyó el inspector Steve Mastrovich sobre la trayectoria del auto que trasladaba a los cuatro argentinos que murieron en Erua, a 145 kilómetros al norte de la capital de Nueva Zelanda.
En declaraciones TVNZ, Mastrovich relató que las víctimas acababan de jugar un partido de fútbol en Ohakune y estaban regresando a un camping en National Park. “No hay 100 metros de visibilidad para nadie en el largo de toda la maniobra de paso ", agregó el policía a la televisión pública local sobre la maniobra de la furgoneta.
Colin Fredricksen, propietario de una grúa que participó del rescato de los cuerpos, añadió: “La escena del accidente tenía restos tirados alrededor del camino y partes del auto por todos lados”, manifestó. "Es el peor que he visto en este sector en 30 años".
La escena fue descrita por la policía como si alguien "hubiera soltado una bomba" en el lugar.
La cónsul argentina en Nueva Zelanda, Romina Bocaceche, expresó a TN que estaba "muy triste con esta tragedia de estos cuatro jóvenes", e indicó que estaba contacto con la policía y con las familias de las víctimas. "Todavía se están realizando las pericias y averiguaciones", señaló.
En tanto, Isauro Torres, embajador de Chile en Nueva Zelanda, se refirió al estado del joven chileno que viajaba con los argentinos y permanece en grave estado: "Estamos preocupados de mantener a la famiilia informada del estado de salud. Se encuentra en una unidad de cuidados intensivos", dijo al diario trasandino El Mercurio.
