Estados Unidos y China están en “aguas desconocidas” cuando abordan el polémico tema de la ciberseguridad, según sostuvo ayer el presidente norteamericano, Barack Obama, luego de celebrar la cumbre bilateral con el jefe de Estado chino, Xi Jinping, en California. Y aunque los dos líderes evitaron acusarse directamente de ciberespionaje, los dos reconocieron la necesidad urgente de hallar un enfoque común para atender esa amenaza a sus esquemas de seguridad nacional.
“No tenemos la clase de protocolos como en los temas militares y armamentos, donde las naciones tienen mucha experiencia en tratar de negociar lo que es aceptable y lo que no”, dijo Obama en conferencia de prensa con Xi. La sesión de preguntas y respuestas con periodistas fue enmarcada por más de dos horas de charla privada y una cena de trabajo. Se trata de la primera cumbre entre los mandatarios desde que Xi asumió su cargo, en marzo.
“Estados Unidos busca un orden económico mundial donde las naciones puedan jugar cada una su propio rol, pero con las mismas reglas justas, y donde nosotros, junto con China, podamos trabajar sobre problemas todavía abiertos, como el de la ciberseguridad”, señaló el jefe de la Casa Blanca.
Funcionarios de Estados Unidos describieron la relajada cumbre en California como una oportunidad para que Obama y Xi fijen posiciones sobre los temas que vinculan a ambos países, como la economía, el cambio climático y las provocaciones nucleares de Corea del Norte. Sin embargo, Obama fijó como prioridad número uno la ciberseguridad, justo cuando se conoce que firmó una orden para que sus servicios de inteligencia eligieran blancos para eventuales ataques cibernéticos.
El primer mandatario norteamericano se abstuvo de acusar a China de orquestar recientes ataques informáticos contra empresas y entidades del gobierno de los Estados Unidos. Por su parte, Xi sostuvo que China también tiene inquietudes sobre ciberseguridad y describió las nuevas tecnologías como “armas de doble filo” que pueden generar progreso, pero también dolores de cabeza a los gobiernos.
Luego de la cena, Xi invitó a Obama a mantener otra cumbre informal, pero a celebrarse en China, para seguir discutiendo sobre el nudo central del ciberterrorismo.