El candidato socialdemócrata a la presidencia de Brasil, Geraldo Alckmin, abrió con hostilidades el debate con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Su primer pregunta fue: "¿de dónde vino el dinero?" del escándalo provocado por la tentativa de compra de informaciones sobre líderes opositores en Brasil.
"¿De dónde vino el dinero sucio, los 1,7 millones (800.000 dólares) decomisados a dos personas vinculadas al oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda)?", preguntó Alckmin en el primer debate televisado entre los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta de la elección presidencial, el próximo 29 de octubre.
Lula respondió: "Hace 30 días que quiero saber de dónde vino el dinero. Yo quiero saber quién diseñó ese plan maquiavélico, cuál era el contenido del dossier".
Alckmin se dirigió entonces a la audiencia: "Vea telespectador: (Lula) no sabe. No tuvo la curiosidad de preguntárselo su asador, al director del (estatal) Banco do Brasil, al coordinador de su programa", en referencia a personas que perdieron el cargo a causa del escándalo.
A lo cual Lula repuso: "No soy policía, soy presidente. Tal vez (Alckmin) tenga nostalgia del tiempo en que en la tortura se podía obtener información en media hora y uno ya sabía todo. Alejamos a todos los involucrados. Ahora, le corresponde a la policía y a la Justicia hacer investigaciones".
En respuesta, Alckmin dio la contrapartida: "No se precisa torturar para saber de dónde viene el dinero. Es sólo preguntarle al PT, pues el dinero se encontró en un cuarto de hotel, en poder de miembros del PT, y a sus amigos". Alckmin, ex gobernador de Sao Paulo (2001-2006), dijo que su principal diferencia con Lula era la de "asumir responsabilidades".
"Yo asumo responsabilidades, no echo en los hombros de mis amigos los problemas del gobierno", en referencia a los ministros de Lula y dirigentes del PT que se vieron obligados a renunciar el año pasado a causa de denuncias de haber comprado apoyo político sobornando a diputados.
Lula contestó: "Lo extraño es que haya un ministro envuelto (en un escándalo). Antes se echaba toda la suciedad abajo de la alfombra".
Alckmin no aceptó esa explicación: "No dice la verdad. Los ministros no fueron dimitidos, pidieron dimisión, y fueron derrocados porque los hechos eran tran graves que tuvieron que salir del gobierno".
En tanto, el presidente de Brasil insistió en su posición: "Lo más importante en la ética no es decir: en mi gobierno no hay corrupción, es castigar cuando la hay", y afirmó que el esquema de compra de votos empezó en 1996, cuando el Congreso aprobó la reelección que permitió otro período consecutivo al presidente Fernando Henrique Cardoso.
Luego, Alckmin se refirió a la política económica del gobierno, por la cual acusó de haber puesto a Brasil a la zaga del crecimiento de los países emergentes, mientras que Lula reivindicó haber "salvado a un país quebrado".El candidato socialdemócrata recordó que el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño sólo tuvo un crecimiento de 2,3 por ciento el año pasado, bastante menor al 9 por ciento argentino y que el actual gobierno dejó de invertir en sectores esenciales, como energía o seguridad pública.
"Debería agradecerme por haber salvado este país", contesó el presidente brasileño, quien dijo que cuando llegó al poder en 2003 "Brasil estaba quebrado, sin crédito, sin credibilidad, y no conseguía exportar ni controlar la inflación".
"La única cosa que ustedes saben hacer es privatizar mientras que yo sé aplicar políticas sociales", afirmó Lula, mientras acusaba a Alckmin de querer cortar gastos de previsión social.
Otro de los ejes del candidato socialdemócrata fue la política exterior. Alckmin criticó a Lula por haber aceptado la "humillación" sufrida por Brasil cuando el ejército boliviano ocupó las instalaciones de la estatal petrolera Petrobras.
También dijo que "Brasil retrocedió cuando Argentina dio una patada en el suelo" para poner trabas a la entrada de productos brasileños, y que hizo concesiones a China, que con sus productos amenaza sectores de la industria local.
"Si hay algo que Brasil tiene de correcto y que usted debería valorizar, es la política exterior, para no ser como los que piensan que deberíamos pegarle a Bolivia, pegarle a Venezuela, pegarle a Argentina, y sólo podemos aceptar lo que Estados Unidos quiera", contestó el actual presidente.
El debate tuvo lugar en TV Bandeirantes, una semana después de las elecciones en las que Lula obtuvo 48,6% de los votos contra 41,6% para Alckmin, y es considerado por ambos como la largada para la segunda vuelta.
El primer encuentro entre los dos candidatos tiene lugar después de una semana en la que ambos enfrentaron crisis internas y trataron de buscar apoyo de los principales dirigentes políticos regionales.
Alckmin recibió el apoyo del ex gobernador de Rio de Janeiro, Anthony Garotinho, y con eso el voto de parte de la comunidad evangélica, tuvo que intervenir para evitar que los intereses contrariados de sus tradicionales adeptos le restaran votos en esa ciudad.
Por otra parte, el relevo del presidente del PT, Ricardo Berzoini, involucrado en el último escándalo por corrupción, abrió una lucha interna por el control del partido, que en dos años se vio privado de la mayor parte de los dirigentes de la corriente hegemónica, de la cual forma parte el presidente Lula.
Una encuesta del Instituto Datafolha indicó este domingo que Lula tiene 59 por ciento de preferencias de voto entre la población de menores ingresos (hasta 318 dólares mensuales), mientras que Alckmin es el preferido por 69 por c entre los que tienen ingresos superiores a 1.500 dólares estadounidenses.
La encuesta señala también que Lula cuenta con el apoyo de 57 por ciento de los brasileños que sólo tuvieron acceso a la enseñanza primaria, mientras que Alckmin es el preferido del 56 por ciento de los brasileños que cursaron estudios superiores.
El viernes, Datafolha divulgó la primera encuesta luego de la votación del domingo 1, sondeo que dio a Lula 54 por ciento de la intención de voto frente al 46 de Alckmin.
Lula decidió comparecer al debate de este domingo después de recibir críticas por no haber concurrido al anterior, con tres de sus adversarios y justo antes de la primera vuelta electoral.
El PT expurgó el viernes a varios de sus miembros implicados en el escándalo provocado por una tentativa de compra de documentos supuestamente comprometedores sobre Alckmin y dirigentes opositores.
Las críticas dirigidas contra Lula han tenido como foco la corrupción que causó la renuncia de varios de sus auxiliares y de dos presidentes del PT, lo que le habría restado votos para una victoria en la primera vuelta de las elecciones.