En la búsqueda contra reloj de las cajas negras del vuelo de Malaysia Airlines, una “señal de pulsos” detectada ayer en el sur del océano Indico generó optimismo entre los rescatistas, aunque aún no se confirmó si pertenece a alguna de ellas. Mientras dos submarinos de tecnología de punta rastrillan las aguas, un barco chino que participa en la operación multinacional de búsqueda informó sobre el descubrimiento, según la agencia de noticias Xinhua.
Un detector de señales de caja negra instalado en el barco captó la señal de 37,5 Hz por segundo alrededor de los 25 grados latitud sur y 101 grados longitud este. No se estableció si el hallazgo está relacionado con el vuelo MH370 que desapareció el 8 de marzo. La agencia del gobierno australiano que coordina la búsqueda eludió hacer declaraciones sobre la señal.
La búsqueda de las cajas negras es frenética, ya que el martes se cumplirá un mes de la desaparición del vuelo. Los dispositivos, que emiten señales que facilitan su localización, tendrían baterías que durarían sólo treinta días.
Para afrontar el reto que impone el paso del tiempo, la flota internacional emprendió el viernes la búsqueda submarina de los restos del avión en una zona de 240 kilómetros de radio, 1.700 kilómetros al oeste de Perth. En el operativo son claves dos submarinos: el barco de la Armada australiana Ocean Shield, con un localizador de señales aportado por Estados Unidos, y el HMS Echo de la marina británica, que tiene aparatos de búsqueda bajo el agua.
Pero ¿cómo están equipados los navíos en los que los familiares depositan todas sus esperanzas? El Ocean Shield cuenta con un micrófono gigante submarino, llamado TPL-25, que escucha los sonidos de las profundidades del Indico. Además, porta el Bluefin-21, un robot submarino que registra el fondo del océano en busca de señales de los restos. El HMS Echo también tiene un equipamiento tecnológico avanzado.
Como los localizadores de cajas negras pueden ubicar señales a una profundidad de 6.100 metros, es posible que puedan hallar los restos de la aeronave aun cuando estén sobre el lecho marino. Sin embargo, los barcos deben acercarse lo más posible al área donde se hallan las cajas negras. La operación cuenta con una severa dificultad: el enorme tamaño de la zona de rastreo y la lentitud con que deben desplazarse las embarcaciones, que surcan las aguas a una velocidad que oscila entre uno y cinco nudos por hora.
Hasta que los rescatistas confirmen que hallaron una pieza del MH370, no se sabrá si la tecnología empleada está siendo apuntada en la dirección correcta. “Realmente lo mejor que podemos hacer ahora es poner estos activos en la mejor ubicación, la mejor suposición que tenemos, y de cierto modo dejar que hagan lo suyo”, dijo a la cadena CNN el comandante de la Armada de los Estados Unidos, William Marks.
Las grabadoras, llamadas Flight Data Recorder (FDR) y Cabin Voice Recorder (CVR), son la llave para desentrañar el misterio del vuelo de Malaysia Airlines, ya que aportarían información crucial sobre la altitud, la velocidad y ruta de la aeronave, además de las últimas conversaciones de los pilotos en la cabina de vuelo. Mientras la búsqueda continúa, el calvario de las familias de las 239 personas desaparecidas no tiene fin.