AFP
Brasilia
A dos semanas de haber sido reelecta por escaso margen ante el “neoliberal” Aécio Neves, la presidenta Dilma Rousseff confirmó que prepara un severo ajuste para enfrentar el déficit fiscal y controlar la inflación, que incluye el recorte de gastos sociales y la eliminación de estímulos a la economía.
“Vamos a hacer la tarea, vamos a apretar el control de la inflación y tendremos límites fiscales”, dijo Rousseff, que asumirá su segundo mandato el 1º de enero de 2015.
En una conversación con periodistas de medios brasileños, Rousseff reafirmó que “vamos a revisar todas las cuentas con lupa y ver lo que puede ser reducido y lo que puede cortarse. Tenemos que hacer un ajuste en varias cosas, varias cuentas pueden ser reducidas”,
En septiembre, en plena campaña electoral, el gobierno brasileño tuvo un déficit fiscal de casi 8 mil millones de dólares, el mayor rojo contabilizado en un mes, reveló ayer el ministro de Hacienda, Guido Mantega.
Mantega admitió que las “importantes reducciones” que se aplicarán afectarán también los gastos sociales, como el seguro de desempleo o la pensión por fallecimiento.
Según Mantega, el gasto en prestaciones por desempleo, abonos salariales y subsidios por enfermedad cuesta a las arcas públicas unos 27.450 millones de dólares por año, y las pensiones por fallecimiento, cerca de 35.295 millones de dólares.
En el plano de la disciplina fiscal, organismos multilaterales observan con atención el superávit fiscal primario, que es el ahorro del gobierno para el pago de la deuda pública, y cuyo cumplimiento es una señal de confianza en la economía del país.
Medido en 12 meses, el superávit alcanzó el 0,61% del PIB en septiembre, cuando la meta para el final del año es 1,9%. Economistas ven casi imposible que se consiga.
Petrobras. Como símbolo de los nuevos tiempos, la estatal Petrobras anunció que desde ayer el precio de la nafta aumenta 3%, y el del diésel, 5%.
Esta alza podría tener un impacto en la inflación, que ascendió a 0,57% en septiembre y acumuló 6,75% en los últimos 12 meses, superando el techo de la meta oficial del 6,5% y preocupando al mercado.