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crisis politica en brasil

“Dilma Rousseff no supo negociar con el Congreso”

El Senado brasileño decidirá la semana que viene si destituye a la presidenta. El politólogo argentino Aníbal Pérez-Liñán sostiene que el impeachment forma parte de un ciclo histórico que comenzó con Collor de Mello.

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Defensa. Para la mandataria, el proceso es un golpe de Estado. | AFP
El argentino Aníbal Pérez-Liñán es profesor de Ciencia Política de la Universidad de Pittsburgh y uno de los mayores expertos en presidencialismos en la región. Autor de la investigación Juicio político al presidente y la nueva inestabilidad política en América Latina, sostiene que el impeachment a Dilma Rousseff forma parte de un ciclo histórico que comenzó hace 25 años con el proceso que culminó en la renuncia de Fernando Collor de Mello. Y, como la prensa brasileña, está convencido de que su suerte ya está echada.

“Los senadores que están a favor del impeachment necesitan 54 votos para lograr la destitución. En las dos votaciones anteriores en el Senado –que fueron procedimentales–, el bloque en favor del juicio político sacó 55 y 59 votos. Todo indica que tienen los números para destituirla”, afirmó en diálogo con PERFIL.
—En caso de que Dilma sea destituida, ¿qué antecedente dejará este impeachment para el resto de la región?
—Creo que es tentador ver este juicio como parte de un giro a la derecha en la región. Pero me parece que es una interpretación de corto plazo. El juicio a Dilma es parte de un ciclo histórico que se abrió con el juicio político a Collor en 1992. Lo que ocurrió en los últimos 25 años es que los golpes militares desaparecieron de la región, pero los juicios políticos se convirtieron en una herramienta para destituir a presidentes impopulares en contextos de crisis económicas. Lo que es nuevo es que antes se trataba de mandatarios neoliberales en procesos de ajuste. Ahora vemos que todos los presidentes pueden ser victimas de esto.
—¿Abre su salida un escenario más volátil para las democracias latinoamericanas?
—El escenario es el mismo. Lo que lo hace más volátil es el fin del boom de las commodities. Lo que esto destaca también es la importancia de las estrategias políticas de largo plazo, que son capaces de trascender los ciclos económicos.
—¿Fue un error político del PT aliarse con el PMDB en vez de reformar el sistema político?
—Es difícil decir si hubo un error político. El PT consiguió llegar al poder por primera vez porque se presentó como un partido dispuesto a negociar. Y Lula fue muy bueno articulando alianzas en el Congreso. La estrategia económica quizás fue muy procíclica. Los gobiernos del PT no se prepararon los suficiente para cuando el boom exportador fuera a terminar. El segundo problema es que Dilma, a diferencia de Lula, no fue buena negociando con el Congreso. Uno puede construir amigos en los momentos de popularidad y ganar la lealtad de los legisladores. En los momentos de crisis, ya es muy tarde.
—¿Cuál será el futuro político de Lula y de Dilma?
—El de Dilma va a ser muy limitado. Sale del gobierno con una popularidad muy baja, acusada por la opinión pública de ser responsable por la crisis económica. Ella no es una política carismática con base social propia. El futuro de Lula y del PT es distinto. El PT sigue siendo un partido con una base social bastante sólida, con un grupo de seguidores muy fiel. Se verá revitalizado por una narrativa de victimización por parte de la derecha.