Fotos | Así comenzó la intervención militar de las favelas de Rio de Janeiro
La cámara baja del Parlamento votó a favor del decreto de Michel Temer para el ingreso de militares a las favelas.
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este martes el decreto del presidente de facto Michel Temer que dispone la intervención federal de Río de Janeiro. |
AFP
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este martes el decreto del presidente de facto Michel Temer que dispone la intervención federal de Río de Janeiro comandada por el General Walter Souza Braga Netto.
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Con un total de 340 votos a favor, 72 en contra y una abstención, el Ejército Nacional se hará cargo de la seguridad de Río de Janeiro hasta finales de 2018 para luchar contra el narcotrafico y el crimen organizado, según informó Telesur.
Luego de que Temer recibiera la aprobación por parte de los parlamentarios, resta que hagan lo propio en el Senado Federal, donde este martes se discutía la medida.
Entre los legisladores que se manifestaron en contra a la intervención militar el diputado por el Partido de los Trabajadores, Paulo Pimenta, fue quien aclaró que no existe en el mundo una experiencia exitosa del empleo de las fuerzas armadas para combatir el crimen organizado y aseguró que, por lo menos, hay 10 estados de Brasil donde los índices de violencia superan "por mucho" a los de Río.
En declaraciones a periodistas en Brasilia, el ministro brasileño de Defensa Raul Jungmann admitió que "en la realidad urbanística de Rio de Janeiro, uno sale muchas veces con una orden de búsqueda y captura en una casa, en una favela, y el bandido se desplaza. Entonces se precisa de algo como una orden de búsqueda y captura colectiva", consigno la agencia AFP.
Temer decretó el viernes pasado la intervención militar de Rio en el área de la seguridad, confiando el control de las operaciones a las fuerzas armadas, para luchar contra el crimen organizado. Esto sucedió como respuesta a la creciente ola de violencia en la ciudad donde el año pasado dejó un saldo de 6.731 personas asesinadas, entre ellas 100 policías y decenas de niños, estos últimos víctimas de las llamadas "balas perdidas".
