Luego de que el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, lo llamara “cobarde” y le reclamara el retiro de su embajador en Caracas, Mauricio Macri respondió ayer con dureza al gobierno venezolano. “Someter al pueblo por medio de la fuerza es lo más cobarde que se puede hacer”, disparó el presidente argentino, en alusión a la gestión de Nicolás Maduro. Cabello se había referido el jueves al gobierno argentino como un “enemigo” de Caracas y había sugerido que su representante diplomático en la capital venezolana, el embajador Eduardo Porretti, debería abandonar de inmediato el país. El funcionario chavista hizo esas declaraciones luego de que la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunciara desde Buenos Aires que un policía le habría lastimado el brazo derecho cuando intentaba ingresar a una cumbre del Mercosur en la sede de la Cancillería argentina. Sus pares del bloque regional no le permitieron participar del encuentro ya que Venezuela fue recientemente cesada en sus derechos como miembro del Mercosur por no haber adaptado sus leyes a parte de la normativa del bloque. El gobierno argentino negó que Rodríguez hubiera sido agredida físicamente. Al ser consultado ayer por la prensa sobre esa supuesta agresión, Macri contestó irónicamente: “Yo pensé que había sido (la canciller argentina, Susana) Malcorra la que la golpeó”. Aunque luego agregó en tono serio: “Alguien no puede autoinvitarse a un lugar donde no ha sido efectivamente participado. Pero esto es una anécdota menor frente a lo que está sufriendo el pueblo venezolano: pobreza, abandono y falta de garantías mínimas sobre los derechos humanos”. El pasado 2 de diciembre, los miembros del Mercosur comunicaron al país caribeño que cesaba de ejercer sus “derechos inherentes” como Estado parte supuestamente por haber incumplido el Protocolo de Adhesión al bloque regional.
