Un nuevo ataque del ejército estadounidense contra una lancha, supuestamente estaba cargada con drogas en el Océano Pacifico, dejó como saldo la muerte de cuatro personas, episodio que elevó a 87 el número de las víctimas fatales en la campaña de Estados Unidos contra el narcotráfico en el Caribe. En paralelo, el Congreso investiga el primer ataque hacia este tipo de embarcaciones, ante algunas acusaciones que lo catalogan como “posible crimen de guerra".
El Comando Sur informó este jueves en su cuenta privada de X que "los servicios de inteligencia confirmaron que la lancha transportaba narcóticos ilícitos y transitaba por una ruta conocida de narcotráfico en el Pacífico oriental".
"Cuatro narcoterroristas varones a bordo del barco murieron", añadió el informe.
La publicación incluía un video que mostraba una embarcación de varios motores cruzando el mar a gran velocidad antes de ser impactada por una explosión que dejó la embarcación en llamas. Hasta ahora la veintena de ataques han causado al menos 87 muertos, y Donald Trump ha asegurado que "muy pronto" la ofensiva pasará a tierra.
Venezuela es el país más directamente apuntado en esta escalada sin precedentes, en la que Washington ha desplegado una enorme flota militar en la zona del Caribe.
Trump declaró a los carteles narcotraficantes que operan en Latinoamérica "como grupos terroristas" y a ubicado a Nicolás Maduro en medio de esa organización, lo que mantiene en vilo a los líderes chavistas ante la posibilidad de que sean atacados "en cualquier momento".
“Un posible crimen de guerra”
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, y la administración Donald Trump en general quedaron en la mira del Congreso por un bombardeo del 2 de septiembre, en el que las fuerzas de Estados Unidos lanzaron misiles sobre los restos de una embarcación que ya había sido impactada, matando en este segundo ataque a dos hombres que habían sobrevivido al impacto inicial.
España y otros cinco países se retiraron del Eurovisión en rechazo a la participación de Israel
De tal forma, se produjo una audiencia solicitada por los republicanos, que ostentan la mayoría en el Congreso, para argumentar que fue un “ataque legal". Sin embargo, opositores demócratas y organizaciones de defensa de derechos humanos acusan al Pentágono de haber cometido un crimen de guerra al matar en el agua a los dos hombres que luchaban por no ahogarse.
Un destacado legislador demócrata que vio imágenes de ese incidente señaló este jueves que mostraban un ataque estadounidense a "marineros que habían naufragado", una situación que otros legisladores piden que se investigue como "un posible crimen de guerra".

El Jefe del Comando de Fuerzas de Operaciones Especiales, Frank Bradley, presentó a los congresistas imágenes del ataque. El video "mostró a las fuerzas militares estadounidenses atacando a marinos naufragados", denunció el representante demócrata Jim Himes, miembro del comité de Inteligencia, a periodistas.
Un primer misil destruyó la embarcación, pero luego un segundo misil mató a dos sobrevivientes, ambos hechos reconocidos por la Casa Blanca. De esta forma, el legislador demócrata señaló que ese ataque "es una de las cosas más perturbadoras que he visto en toda mi carrera como servidor público".
Al mismo tiempo, el papel del secretario de Defensa Pete Hegseth, como jefe del Pentágono, quedó bajo la lupa del Congreso por ese doble ataque militar. El diario Washington Post, citando fuentes anónimas, señaló que el funcionario habría sido quien dio a los militares "la orden de matarlos a todos", pero Bradley lo negó de manera enfática en su presentación ante el Senado.
BGD/HB