EE.UU. culpó a Corea del Norte por la censura de una película

Agencias
Washington
La película The Interview generó un conflicto diplomático pocas veces visto en la historia del cine. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se sumó ayer a la polémica, al calificar como un “error” la decisión de la compañía Sony de cancelar el estreno, al tiempo que sostuvo que “un dictador no puede ejercer censura” en su país.
Las declaraciones del jefe de Estado llegaron horas después que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) responsabilizara oficialmente a Corea del Norte por el ataque cibernético contra la productora y distribuidora cinematográfica. “Hubiera preferido que Sony hubiese hablado conmigo antes de tomar la decisión de no exhibir la película”, declaró Obama, aunque dijo entender las razones y preocupaciones que llevaron a los ejecutivos a frenar el estreno de ese film, ante las amenazas de atentados que circulaban por la web. “No puede haber un dictador que imponga la censura en los Estados Unidos, que nos obligue a autocensurarnos”, agregó Obama en referencia Kim Jong-un, el líder comunista de Corea del Norte.
Otro que se sumó a la polémica fue el actor George Clooney, quien llamó a respaldar a Sony. “La empresa no retiró la película porque tenía miedo, lo hizo porque todas las salas de cine le dijeron que no iban a exhibirla porque sus abogados les advirtieron que si alguien moría en uno de esos cines, serían los responsables”, afirmó el actor. Por eso, criticó la cobardía de la industria del espectáculo estadounidense. “Sabemos que si nos rendimos a estos criminales ahora, le abriremos la puerta a cualquier otro grupo que amenaza la libertad de expresión, la privacidad y la libertad personal”, aseveró Clooney.
El FBI sostuvo que tiene “suficiente información” para concluir que Corea del Norte es responsable del ataque cibernético a Sony Pictures Entertainment. La acusación de las autoridades norteamericanas llegaron luego que altos ejecutivos de Sony fueran amenazados por hackers, quienes revelarían los datos de más de 3.800 empleados si se incumplían sus demandas. Entre ellas estaba la eliminación de cualquier tipo de información relacionada con la película The Interview, que estaba por ser estrenada. En ella dos estadounidenses se embarcan en una operación para asesinar a Kim Jong-un.