El argentino Rafael Grossi, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), alertó este jueves 9 de marzo sobre los bombardeos de Rusia sobre la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, diciendo que "algún día nuestra suerte se acabará" si continúa la situación.
"Cada vez jugamos con fuego y si permitimos que esta situación se prolongue, un día nuestra suerte va a cambiar", advirtió el jueves ante el consejo de gobernadores de este órgano de la ONU en Viena.
Las fuerzas de Vladimir Putin lanzaron 81 misiles sobre Ucrania mientras la gente dormía el jueves por la mañana, alcanzando 10 de las 27 regiones del país. El ataque dejó al menos nueve muertos y provocó cortes de electricidad, incluyendo la interrupción temporal de suministro de la central de Zaporiyia.
Pocas horas después de los ataques, el operador eléctrico ucraniano Ukrenergo anunció la reconexión con la red nacional de esa central ocupada por fuerzas rusas desde hace un año y descartó el riesgo de un incidente nuclear.
Rusia indicó que los bombardeos, en los que usó sus nuevos misiles hipersónicos Kinjal, fueron en "represalia" por una incursión en su territorio el 2 de marzo por parte de "saboteadores" ucranianos y arrojó dudas sobre la extensión de un acuerdo de granos vital negociado por la ONU, y dijo que discutiría su renovación con la ONU el lunes.
Los misiles cayeron en todo el país, causando las primeras muertes de civiles en la región occidental de Lviv, considerada relativamente segura y lejos de las líneas del frente, en mucho tiempo mientras los combates se desarrollaban en la ciudad de Bakhmut en el este.
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Rusia bombardea regularmente instalaciones energéticas ucranianas, sumiendo a millones de personas en la oscuridad y el frío, pero esos ataques se habían hecho menos frecuentes en las últimas semanas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció las "tácticas miserables" de Rusia tras el bombardeo, que afectó a diez regiones del país y a Kiev, la capital, tomando por blanco las infraestructuras energéticas.
"Debemos comprometernos a proteger la seguridad y la protección de la planta", dijo Grossi. "Y tenemos que comprometernos ahora. Lo que necesitamos es acción. "Permítanme recordarles: esta es la central nuclear más grande de Europa, jugamos con fuego", dijo.
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Grossi señaló que esta era la sexta vez que la instalación de Zaporizhzhia se cortaba de la red eléctrica desde que Rusia la capturó hace un año, y la primera vez desde noviembre.
"Esto no puede continuar", dijo, y agregó: "Estoy asombrado por la complacencia. ¿Qué estamos haciendo para evitar que esto suceda?", preguntó, prometiendo continuar con sus esfuerzos.
Grossi ha estado en consultas con Kiev y Moscú durante varios meses para tratar de establecer una zona de protección alrededor de la planta, pero las conversaciones parecen haberse estancado.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, afirmó que los bombardeos rusos que obligaron a desconectar durante varias horas la central ucraniana de Zaporiyia constituyen una "grave violación" de la seguridad nuclear.
"Es una grave violación de la seguridad nuclear, cometida por Rusia", dijo Borrell a la prensa al margen de una reunión ministerial de la UE en Estocolmo. La interrupción de la alimentación eléctrica obligó a enfriar la central con generadores diésel, lo cual "aumentó el riesgo de accidente nuclear" hasta la reconexión con la red eléctrica, agregó.
"Zaporizhzhia es la planta de energía nuclear más grande de Europa... y Rusia está poniendo en peligro la totalidad de nuestro continente europeo común, incluida Rusia", agregó Borrell.