INTERNACIONAL
tema crucial de su gobierno

El arresto de Temer complica el armado de Bolsonaro para su reforma jubilatoria

La base aliada en el Congreso ve la detención como otro mensaje judicial contra la “vieja política”. El Ejecutivo teme una crisis que trabe el proyecto previsional. Rol clave de Maia.

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Serios. Bolsonaro, sobre la detención de su antecesor: “que cada uno responda por sus actos”. | cedoc perfil

Lo que a primera hora del jueves parecía un alivio para Jair Bolsonaro se convirtió ayer en un problema en ciernes. Algunos especularon con que la detención de su antecesor, Michel Temer, acusado de corrupción en el marco de la Operación Lava Jato, desviaría el foco de la atención pública de Bolsonaro, cuya imagen cae en picada a poco más de dos meses de haber asumido en el cargo. Sin embargo, los medios brasileños señalaban ayer que el arresto de Temer complica el armado político del oficialismo en el Congreso para sacar adelante su proyecto de reforma jubilatoria, uno de los pilares del programa económico del nuevo gobierno.

Bolsonaro no tiene mayoría propia y necesita tres quintos de los votos de los diputados y senadores para que el proyecto pase en el Parlamento. Incluso antes del arresto de Temer existían dudas sobre la capacidad del gobierno para asegurarse el apoyo necesario de la llamada “base aliada” parlamentaria. Ahora, la detención del ex mandatario eleva aún más la incertidumbre en la medida en que la partidocracia tradicional interpreta la caída de Temer como un nuevo mensaje judicial contra la “vieja política”.

Las tensiones entre el Congreso y el Ejecutivo quedaron expuestas ayer en la voz de un personaje clave: el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (DEM-RJ), quien venía negociando personalmente con los legisladores para conseguir los votos para la reforma jubilatoria. Además de Temer, la Policía Federal había arrestado el jueves al ex ministro Wellington Moreira Franco (ver infografía), quien es el padrastro de la esposa de Maia.

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Detienen al ex presidente brasileño Michel Temer por el caso Lava Jato

Ayer trascendió que, luego de la detención de Temer, Maia suspendió todas sus actividades previstas y se comunicó con el ministro de Economía, Paulo Guedes, para advertirle lo que viene: a partir de ahora, conseguir los votos para la reforma será responsabilidad exclusiva de Bolsonaro. Que no cuenten con él para eso. Los roces entre Maia y el Ejecutivo tampoco son una novedad: el presidente de Diputados está enfrentado con el ex juez Sérgio Moro, ministro de Justicia de Bolsonaro y, precisamente, gran artífice de la Operación Lava Jato.

Conscientes de la crisis en puerta, los operadores del bolsonarismo pusieron manos a la obra para despegar a su líder de lo que pueda desatar el arresto de Temer y para evitar un mayor desgaste en la relación con el Congreso. Según Folha, en Planalto ven los últimos acontecimientos como un nuevo episodio de la eterna pulseada entre el Poder Legislativo y el Judicial, y creen que es mejor que Bolsonaro se mantenga al margen. “Que cada uno responda por sus actos”, se limitó a declarar el presidente brasileño.

Por si fuera poco, Bolsonaro no pasa por su mejor momento. Según una encuesta difundida esta semana por Ibope, su aprobación se desplomó un 16% desde enero. “Bolsonaro tiene la peor valoración popular para un gobierno debutante desde Fernando Collor de Mello −dijo a PERFIL el analista brasileño Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas−. Desaprovechó dos meses que debería haber utilizado para explicar las reformas y dedicó mucho tiempo a temas no prioritarios. Y ahora existe preocupación sobre la capacidad del gobierno de sacar adelante esas reformas”.

La reforma jubilatoria desnuda los límites de Bolsonaro

Números en rojo. El déficit previsional brasileño alcanzó un récord histórico el año pasado: 77 mil millones de dólares, más del 4% del PBI. Brasil ya lleva cinco años consecutivos con déficit primario en un contexto recesivo o de magro crecimiento, mientras el impacto fiscal de la previsión social sigue creciendo. Hoy representa casi el 60% del presupuesto público.

El proyecto de reforma jubilatoria que Bolsonaro presentó en el Congreso promete un ahorro fiscal de 310 mil millones de dólares en la próxima década. Por iniciativa de Guedes, la receta de Bolsonaro propone establecer una edad mínima de jubilación, hoy inexistente para trabajadores privados, de 62 años para mujeres y 65 años para hombres, con una transición de 12 años hacia ese esquema. Al mismo tiempo, introducir un régimen voluntario de capitalización privada, inspirado en Chile, que coexista con el actual sistema público de reparto.

Es una fórmula más que deseable para los mercados, pero ahora más que nunca sujeta a los avatares de la política.

“Estoy abierto al diálogo”

Jair Bolsonaro dijo ayer desde Santiago de Chile, donde asistió al nacimiento de Prosur (ver página 30), que ignoraba las causas por las cuales el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, había decidido dejar de buscar votos para la reforma previsional. “Quiero saber el motivo por el cual él (Maia) está yéndose. Estoy siempre abierto al diálogo. Estoy fuera de Brasil, sólo quiero saber sus razones. Yo no le di motivos para sali”, afirmó el presidente brasileño a los cronistas de su país que lo acompañaron a Chile. El mandatario consideró que “sólo conversando” será posible que Maia vuelva a sumarse al trabajo de obtener los votos necesarios para su crucial reforma. En Twitter, uno de los hijos del presidente, el senador Flavio Bolsonaro, dijo que Maia “es fundamental para aprobar la reforma de la nueva previsión social”.