afp/dpa/ap desde Teherán
El ayatolá Alí Jamenei le marcó la cancha al presidente de Irán, Hassan Rohani. El líder supremo de la república islámica dijo ayer que apoya la iniciativa de apertura diplomática que el flamante mandatario adoptó la semana pasada en la ONU, aunque sostuvo que algunas de las novedades que trajo la gira le parecieron “inapropiadas”. Jamenei no dio más detalles sobre su insatisfacción, aunque dejó entrever que no le agradó el acercamiento con los Estados Unidos.
“Apoyamos la iniciativa diplomática del gobierno y damos importancia a sus actividades durante su viaje”, declaró el ayatolá durante una ceremonia militar, según reportaron los medios oficiales. Sin embargo, agregó que “algunas de las cosas que ocurrieron en el viaje a Nueva York nos parecieron inapropiadas... aunque confiamos en nuestros responsables”.
Al referirse al gobierno estadounidense, Jamenei mantuvo su postura de siempre: “Somos pesimistas respecto a los estadounidenses y no confiamos en ellos. El gobierno estadounidense es no es fiable ni razonable, se cree superior y rompe los pactos”. Añadió que el de Washington es “un gobierno invadido por la red sionista internacional y debe alinearse con el usurpador (Israel)”.
El 17 de septiembre, Jamenei había avalado la decisión de Rohani de mostrarse “flexible” en las negociaciones con Occidente sobre el programa nuclear de Irán. Ayer, el líder supremo matizó esa postura con un ejemplo metafórico en torno a la lucha libre, deporte favorito de los iraníes. “Un luchador profesional se muestra flexible por razones técnicas, pero no olvida quién es su adversario y cuál es su objetivo”, sugirió. De todos modos, respaldó “la movilidad política del gobierno”.
Estas son las primeras declaraciones que se conocen de Jamenei acerca de la apertura diplomática que ofreció Rohani en su reciente paso por las Naciones Unidas. El hecho más destacado de esa gira fue un llamado telefónico entre el presidente iraní y su par estadounidense, Barack Obama, en el que acordaron comenzar un diálogo sobre el programa nuclear iraní, que cuestionan las potencias occidentales. Ese fue el primer contacto directo entre un mandatario de Irán y uno de los Estados Unidos desde la Revolución Islámica de 1979.
“Escuchamos las reiteradas y repugnantes amenazas de los enemigos de la república islámica. Nuestra respuesta a cualquier agravio será seria y dura”, concluyó ayer Jamenei. Las declaraciones del líder supremo evidencian los inestables equilibrios de poder en Irán, que Rohani deberá contemplar para llevar adelante su programa de reformas. El núcleo duro más conservador de la elite político-religiosa iraní será un obstáculo que el presidente deberá superar si realmente pretende un acercamiento con los Estados Unidos.
Los comentarios de Jamenei, difundidos en su página web personal, tuvieron lugar luego de que partidarios de la línea dura criticaran la llamada entre Rohani y Obama.
Temor en Washington
Casi en simultáneo con las declaraciones de ayer del líder supremo iraní, Alí Jamenei, el presidente estadounidense, Barack Obama, aseveró en una entrevista que Irán está “a un año o más” de alcanzar la bomba nuclear, lo que contrasta claramente con las estimaciones de Israel al respecto.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, había dicho esta semana que Teherán está construyendo centrifugadores más rápidos para enriquecer uranio, lo que le permitiría cruzar la supuesta línea roja para conseguir la bomba en apenas “semanas”.
Obama recordó que Rohani “no es el único que toma decisiones” en Irán y, de hecho, “no es ni siquiera el que toma la decisión final”. Se refería al poder de veto del ayatolá Jamenei, quien ayer volvió a dejar clara su postura.