INTERNACIONAL
La historia del padre Maciel y los legionarios de cristo

¿El celibato promueve la pedofilia en la Iglesia?

La confirmación del Vaticano sobre la abstinencia sexual reavivó las investigaciones sobre los escándalos de abusos que salpicaron a la jerarquía eclesiástica. La postura del Papa.

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Benedicto XVI sancion a Maciel por las denuncias de abusos sexuales. | AFP
La reciente confirmación del celibato de los sacerdote por parte del Vaticano invita a reflexionar acerca del verdadero cumplimiento de esta norma y los lamentables, y cada día más frecuentes, casos de pedofilia que se descubren en el seno de la Iglesia.

El abuso sexual de jóvenes por parte del clero no es un fenómeno nuevo en Roma, sostienen los investigadores Jason Barry y Gerald Renner en su nueva edición corregida y aumentada de "Los legionarios de Cristo: abuso de poder y escándalos sexuales bajo el papado de Juan Pablo II" (Debate). San Bernardo de Clairvaux – explican - aconsejó al Papa Eugenio III cómo comportarse tras su elección, en el año de 1145: “No puedes ser el último en saber si hay desorden en tu casa. Alza la mano contra los culpables, ya que una falta de castigo promueve el descuido que abre la puerta a todo tipo de excesos. Tus hermanos, los cardenales, deben aprender de tu ejemplo a no tener entre ellos jóvenes seductores de largos cabellos”. Un consejo por demás explícito.

Los autores aclaran que la homosexualidad no produce pedofilia, pero se plantean si este fenómeno cada día más frecuente en la Iglesia no es una consecuencia involuntaria del celibato obligatorio. En 2004 la conferencia episcopal de Estados Unidos publicó hallazgos de una auditoría interna realizada por el Colegio John Jay de Justicia Criminal de Nueva Cork, la cual reveló que unos 4.400 sacerdotes habían abusado sexualmente de menores, en su mayoría adolescentes, en el último medio siglo.

En su investigación, los periodistas católicos Barry y Renner apuntan sus dardos contra la expansión y el poder de la congregación “Legionarios de Cristo”, cuyo fundador Marcial Maciel fue acusado de abuso sexual contra seminaristas y finalmente sancionado por el Papa Benedicto XVI.

Según la reconstrucción, el mexicano Maciel difundió por más de veinte países una poderosa estructura, que dispone de sacerdotes y operadores laicos, de escuelas medias y superiores para los hijos de la élite, además de controlar numerosas universidades. Esa estructura, sostienen los periodistas, "entrelaza una densa red de relaciones con las máximas jerarquías eclesiásticas".

Los integrantes de “Los Legionarios de Cristo” hacen dos votos extra, a diferencia de otros grupos religiosos: nunca hablar mal de Maciel o de sus superiores y dar aviso si saben de alguien que lo haga.

En el libro se brindan escalofriantes detalles sobre más de veinte acusaciones de abuso sexual que pesaban sobre Maciel, al tiempo que se destaca que en 2004 Juan Pablo II elogió públicamente al fundador de los Legionarios de Cristo durante una ceremonia.
En efecto, las denuncias de abusos sexuales nunca fueron atendidas durante el papado de Juan Pablo II. Incluso, varios religiosos iniciaron una causa canónica contra Maciel, pero se archivó. Recién tras la asunción de Benedicto XVI avanzaron las investigaciones. El Vaticano ordenó a Maciel que renunciara a celebrar misas y a que viva su vida dedicado a la oración y el arrepentimiento. Fue el primer caso de acción disciplinaria por abuso sexual manejado por el actual Sumo Pontífice desde su asunción el año pasado.

Jason Berry -periodista de investigación, productor de documentales e historiador de jazz- fue uno de los primeros que afrontó la cuestión de los abusos sexuales perpetrados en el ámbito del clero norteamericano. Gerald Renner trabajó en el gabinete de prensa de la Conferencia Episcopal estadounidense y luego fue director del Religion News Service, agencia de prensa especializada de Nueva York.
En el epílogo de su investigación, Berry es categórico: “Marcial Maciel Degollado es el símbolo más representativo de una cultura eclesiástica corrompida por la hipocresía sexual. Cómo hizo para eludir el castigo durante décadas es un modelo de relativismo moral en una Iglesia colmada de vergüenza”.