Desde Ginebra, Suiza – La incertidumbre impera sobre el destino del pueblo palestino, hoy bajo la responsabilidad del Consejo de Seguridad de la ONU, por decisión de la Asamblea General, supuestamente limitado para garantizar el control de Gaza, vía un "Consejo de Paz", dirigido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo vago mandato no define un mecanismo susceptible de representar a los 5,4 millones de gazatíes, y a los 7,5 millones de palestinos exilados por el mundo.
El pasado viernes, la Asamblea General de la ONU adoptó por 139 votos a favor, 12 en contra y 19 abstenciones, una resolución, estableciendo "que las alegaciones israelíes de que la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), ha sido infiltrada por Hamas no están probadas, ni tampoco las acusaciones de que esa agencia no es neutral", reafirmando que la UNRWA "es el principal actor humanitario en los territorios palestinos ocupados y se debe hacer todo lo posible para facilitar su labor, no para impedirla".
"La resolución exige que Israel cumpla sin demora con sus obligaciones legales como potencia ocupante, según estipula el derecho internacional", prohibiendo "traslados forzosos y deportaciones en los territorios palestinos ocupados", haciendo "padecer hambre a la población civil como método de guerra, y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de la población en el Territorio Palestino Ocupado".
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Cabe recordar que el Consejo de Seguridad aprobó con anterioridad, el 17 de noviembre último, una tercera resolución que depara un "futuro incierto" para los derechos de los palestinos. Predijo un "camino creíble hacia su autodeterminación, que se abrirá quizá", cuando "la Autoridad Palestina habrá escrupulosamente ejecutado su programa de reformas". El texto fue aprobado en ausencia del pueblo palestino, "reconocido" sin embargo, por 158 votos de los 193 miembros de la Asamblea General, el parlamento de la ONU.
En febrero próximo debería reunirse en Doha, Qatar, una Conferencia nacional palestina, a efecto de celebrar "elecciones para renovar sus instancias", oportunidad donde podría verificarse la existencia de una dirigencia renovada de los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalem-Este, ademas constatar el aniquilamiento por Israel de la cúpula de Hamas, salvo Khaled Mechal y Abou Marzouk, y la recientemente liberación por Israel, de palestinos aptos para postularse.
"Israel no ha podido destruir la conciencia nacional palestina", a la cual "el reconocimiento de un Estado palestino rinde homenaje. Es la persistencia de ese sentimiento nacional" que justifica la aspiración a "un territorio viable, una población reagrupada libremente, instituciones" que perduran, y "una capital elegida soberanamente". Israel "debe repatriar las colonias, restituir las tierras", o sino " indemnizar a sus propietarios" por los "daños y perjuicios".
La Corte Internacional de Justicia de la ONU, cuyos 15 miembros son elegidos por voto secreto y simultaneo de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, dictaminó el 19 de julio de 2024, "que las colonias israelíes en Cisjordania, y en Jerusalem-Este, y el régimen que les es asociado han sido establecidos y son mantenidos en violación del derecho internacional".
En diciembre de 2022, el parlamento israelí aprobó la creación, en el seno del Ministerio de Defensa, de un puesto de ministro suplementario, "investido de poderes de administración en Cisjordania, concretamente en lo concerniente a la afectación de tierras, el acondicionamiento del territorio y la coordinación de demoliciones, lo que permitió acelerar el procedimiento de aprobación de nuevas colonias".
A su vez, "las colonias israelíes existentes registraron, entre el 1 de noviembre de de 2022 y el 31 de octubre de 2023, un crecimiento sostenido, edificando 24.300 nuevas unidades de habitación, construidas o aprobadas en esas colonias de Cisjordania, de las cuales 9.670 en Jerusalem-Este", según un informe del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, del 1de febrero de 2024, incluyendo el Golan sirio ocupado".
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A tales efectos Israel aplicó la noción de Anexión, que es cuando la "potencia ocupante adquiere por la fuerza el territorio que ella ocupa, es decir lo integra al suyo. Ello supone la intención de ejercer un control permanente", precisando que "el solo hecho de la ocupación no puede conferir un titulo de soberanía a la potencia ocupante". Incluso una ocupación es invalida para la ONU si los territorios fueron ocupados durante una guerra, no otorgando ningún titulo legitimo".
A ello se agrega la adopción por Israel de "leyes o medidas discriminatorias de naturaleza sistemática", que podrían violar instrumentos del sistema de Naciones Unidas, como Pactos, Convenciones, e incluso permisos de residencia en Jerusalem-Este de palestinos de territorios ocupados. La ONU condena el tratamiento diferenciado impuesto por la política de Israel sobre esas autorizaciones que no respondan a un objetivo legitimo de interés público, y "se justifiquen por la voluntad de sostener la política de colonización o de anexión impulsadas por Israel".
Se añade que los palestinos necesitan de un permiso especial para acceder a zonas de los territorios palestinos ocupados por Israel, "afectados a las colonias o designados como zonas militares de acceso reglamentado y reservas naturales", las cuales "están abiertas a los colonos o a los titulares de una autorización de entrada a Israel, incluso a los judíos no israelíes".
La ONU contabilizó "565 obstáculos, 49 puestos de control permanentes y 300 bloqueos a la circulación de los palestinos, en 29 rutas de Israel, representando 58 kilómetros en total, comprendiendo un gran número de arterias de circulación. Cuando se los autoriza a desplazarse deben contar con permisos individuales que no son necesarios para los colonos. No todos esos permisos de circulación son traducidos al arabe, el idioma de la mayoría de quienes los solicitan".
Otra "importante restricción a los desplazamientos de los palestinos en Cisjordania es la constitución de un muro construido en 2002. Los desplazamientos de los palestinos que viven en zonas situadas entre los bloques del muro construidos en la "Linea Verde" depende de la obtención de permisos y autorizaciones especiales otorgadas por Israel". La Corte Internacional de Justicia de la ONU nota que "la circulación, en la Cisjordania y Jerusalem-Este está sometida a restricciones severas", incluyendo "a la población árabe del Golan sirio ocupado".
Paralelamente "las restricciones a la libertad de circulación obstaculizan el acceso de los palestinos de Cisjordania y de la Banda de Gaza a los lugares de culto situados en Jerusalem-Este, como las restricciones en los puestos de control y cierres de zonas durante los días santos impiden a los palestinos participar en los rituales sagrados … agravando aun mas el tratamiento impuesto a los palestinos en lo concerniente a la libertad de circulación".
La ONU declina responsabilidades en las preocupaciones de Israel respecto a la "protección de los colonos y de sus colonias en el Territorio palestino ocupado por ser contrario al derecho internacional, no pudiéndose invocarlo como un motivo susceptible de justificar medidas que se trate a los Palestinos diferentemente. El solo motivo de imponer restricciones a los palestinos no es proporcional a ningún objetivo legítimo de interés público, no pudiendo justificártelo por consideraciones de seguridad".
La ONU condena también "la demolición de bienes palestinos en Cisjordania y Jerusalem-Este desde el 2009 que han afectado a 11.000 estructuras palestinas ya destruidas, que comportan 4.500 habitaciones y estructuras de subsistencia, y mas de 3.000 estructuras agrícolas, y otras 1000 estructuras que ofrecían servicios de aprovisionamiento en agua, limpieza e higiene". Se suman otras 2.000 habitaciones, alegando una "naturaleza terrorista" de sus ocupantes.
Cabe resaltar globalmente "que la política de colonización de Israel y los actos de anexión y sus leyes y medidas discriminatorias conexas violan el derecho internacional, particularmente el ejercicio del derecho a la libre autodeterminación, un derecho aplicable a todos los pueblos y territorios que no han todavía accedido a su independencia … cuya realización es una condición esencial de la garantía y de respeto efectivo de los derechos individuales del hombre".
En consecuencia la ONU "no reconoce ninguna modificación de carácter físico o de composición demográfica, de la estructura institucional o del estatus del territorio ocupado por Israel desde el 5 de junio de 1967, comprendiendo Jerusalem-Este", en virtud que "los Estados están obligados a no reconocer como lícita la situación generada por la presencia ilícita de Israel en el territorio palestino ocupado", ni "acordar reconocimiento ni ninguna ayuda a las medidas dispuestas por Israel para explotar recursos", en dicho territorio…"ni aceptar tampoco modificaciones a la composición demográfica para explotar recursos, y el carácter geográfico o la estructura institucional de esos territorios".
Al tiempo "dado que el retorno físico de los 7 millones de palestinos del exterior está prohibido por Israel, requeriría que la Organización de Liberación de la Palestina (OLP), órgano político de esta población en lucha, otorgue una base democrática. En virtud del reconocimiento que beneficia a Palestina como Estado, correspondería a la OLP declararse gobierno del Estado de Palestina en exilio. Reflejaría al pueblo en toda su diversidad, eludiendo al ocupante israelí".
"Ese gobierno en exilio reflejaría la verdadera situación de los palestinos, privados del derecho a disponer de ellos mismos por la ocupación ilegal de sus territorios. Esa solución convertiría en sin utilidad a la Autoridad Palestina, institución constantemente humillada por Israel, cuyo futuro está en manos del 'Comité Trump'. El gobierno en el exilio podría disolverla. Y mandataría en Ramallah a un administrador palestino delegado para representarlo".
"Correspondería al único órgano que expresa actualmente a la comunidad internacional sobre bases democráticas, la Asamblea General de la ONU, intervenir al respecto. Ella sola refleja la realidad de los pueblos del mundo. Comparte con el Consejo de Seguridad la responsabilidad de mantener la paz, siendo quien a avalado la creación de un "Consejo de Paz". Pero de momento solo se sabe que estaría limitado a conseguir la paz en Gaza, y que lo preside Donald Trump".
"La Asamblea General de la ONU debería exigir disponer representantes en ese "Consejo de Paz" encargado de supervisar las elecciones abiertas a todos los palestinos para formar un gobierno, facilitar su implantación en un país que acepte asumir esa responsabilidad, persistir en condenar combatir la política de apartheid impulsada por Israel en los territorios ocupados, proteger la administración palestina ejerciendo sus funciones en el lugar, nombrando un comité reducido en su seno para apadrinar las negociaciones generales de paz".
"En cuanto a la fuerza internacional en curso de formación como un elemento del "plan Trump", la Asamblea de la ONU debe exigir controlar concretamente lo que debería ser su mandato, a fin que sirva a los palestinos y a su protección y no a los de Israel. Si se toman esas medidas, los palestinos podrán imponerse como interlocutores del "Comité Trump" en Gaza y pesar para impedir que no llegue una paz no fundada sobre el derecho internacional".
Fuentes consultadas: Monique Chemilier-Gendrau, en "Le Monde", Paris, 24 de septiembre y 13 de diciembre de 2025. Noticias ONU, Nueva York, 12 de diciembre de 2025, "Consecuencias jurídicas derivadas de las políticas y practicas de Israel en los territorios palestinos ocupados, incluyendo Jerusalem-Este", La Haya, Países Bajos, 19 de julio de 2024. "Le Monde", Paris, 7, 8 y 12 de diciembre de 2025.