Los rápidos reflejos del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para desactivar la intervención norteamericana en Siria tuvieron su correlato en la histórica resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en torno al desmantelamiento de las armas químicas de Siria, una tarea que empezará el martes próximo con plazos brevísimos y que por primera vez se hará en un país en guerra.
La votación, que se prolongó por más de dos horas y media, fue por unanimidad -15 votos a favor, ninguno en contra-, y se produjo cuando se conoció la aprobación por consenso del plan para la eliminación del arsenal químico del estado sirio en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en la Haya.
Sin embargo, la resolución no incluye medidas automáticas de castigo, ni económico ni militar, en el caso de que el régimen de Bachar el Asad incumpla con las demandas de la comunidad internacional, lo que deja a Rusia, que se opone a las sanciones, como el árbitro de lo que finalmente acabe ocurriendo en ese país.
La aprobación por la OPAQ se hizo por consenso de todos los miembros de su Consejo Ejecutivo, incluido Irán, y detalla la forma en que se implementará el acuerdo alcanzado entre Rusia y Estados Unidos -y aceptado por Siria- para desmantelar los arsenales químicos sirios para mediados de 2014.
El borrador había sido negociado previamente por Washington y Moscú, y establece que las inspecciones en Siria se iniciarán "cuanto antes y, en cualquier caso, como muy tarde el 1 de octubre de 2013".
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad alcanzaron ayer un acuerdo sobre un proyecto de resolución para eliminar las armas químicas sirias, pero su votación dependía de cuánto tiempo se tomara la OPAQ para adoptar su plan de acción para localizar y destruir los agentes nerviosos y tóxicos sirios.
El proyecto del Consejo de Seguridad acordado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido incluye dos exigencias legalmente vinculantes: que Siria renuncie a todo su arsenal químico y permita el acceso irrestricto de los inspectores de la OPAQ a todas sus instalaciones.
Si Siria no cumple, el borrador dice que el Consejo de Seguridad deberá adoptar una segunda resolución para autorizar un posible uso de la fuerza y otras acciones contra Damasco.
Luego de dos años y medio de parálisis, el acuerdo constituye un enorme avance para el Consejo de Seguridad y una inusual muestra de unidad entre Rusia, que apoya al gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad, y Estados Unidos, que apoya a la oposición que lucha por derrocarlo.