El aumento del precio del petróleo, la crisis alimentaria y el cambio climático serán los ejes de la cumbre que a partir de hoy reúne en la ciudad japonesa de Toyako a los ocho países más industrializados del mundo, agrupados en el G8.
Como antesala de la importancia que se le dará a estos temas, el primer ministro japonés Yasuo Fujuda afirmó ayer en conferencia de prensa que “los elevados precios del petróleo y los alimentos están teniendo un efecto negativo sobre la economía mundial”.
Junto con el presidente estadounidense George W. Bush, el mandatario japonés afirmó que “es necesario realizar esfuerzos rápidos en estos frentes”.
Aunque probablemente todos los líderes coincidan en la necesidad de intentar bajar el precio del crudo, que la semana pasada volvió a quebrar otro récord histórico, las posibilidades de que lo logren durante el transcurso de la cumbre son muy bajas ya que el G8 no incluye a ninguno de los grandes productores.
Es más, el enfrentamiento entre varios de los países de la OPEP, como Venezuela o Irán, y Estados Unidos hace difícil pensar en que pueda ser posible una colaboración entre ambos grupos.
El G8 pretende que los países productores aumentan su producción y den a conocer sus niveles de stock. Mientras tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy, que también participará de la cumbre, llamó a fomentar la “transparencia” en el mercado petrolero.
Sarkozy, entre otros, instó a incluir a otras economías de peso –como la India y China- en el grupo de los países ricos, que hasta la fecha sólo incluye a EE.UU, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Francia, Rusia y Japón.
Tanto India como China, sin embargo, fueron invitados a participar de la reunión sobre cambio climático que tendrá lugar el miércoles y de la que tampoco surgirían iniciativas importantes. Bush ya adelantó que no aprobará ningún acuerdo que suceda al Protocolo de Kyoto si no lo hacen otros grandes contaminantes.
La edición 2008 de la cumbre del G8 será la mayor cumbre económica mundial celebrada hasta ahora. En Toyako hay unos 2.000 delegados de 22 países. El jefe de gobierno anfitrión, Yasuo Fukuda, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, son los mayores con 71 años y el más joven es el presidente ruso, Dmitri Medvedev, con 42 años.
Los jefes de Estado y de gobierno se alojan y reúnen en el Windsor Hotel Toya, ubicado sobre una montaña de 620 metros de altura junto al pintoresco lago Toya.
Unos 20.000 policías estarán a cargo de la seguridad del evento, mientras que 140 organizaciones no gubernamentales se reúnen en una cumbre paralela alternativa en la capital provincial, Sapporo.