Después de 30 años y cinco meses de reinado, el emperador Akihito dejará el “Trono del Crisantemo” a su hijo, el príncipe heredero Naruhito, en la primera abdicación de un emperador de Japón en dos siglos. Japón dará inicio el 1 de mayo a las 00:00 (hora de Tokio) en el año 1 de la nueva era imperial "Reiwa", después de tres décadas de era Heisei ("logrando la paz").
Será la primera vez en dos siglos que un emperador japonés cede el puesto en vida, en virtud de una ley de excepción hecha a medida para Akihito, quien en agosto de 2016 dijo que quería dejar el trono porque ya no podía ejercer "en cuerpo y alma" debido a su edad y a su estado de salud. Fue el gobierno el que decidió la fecha de la abdicación y todo lo que la rodea, un proceso en el que la familia imperial no ha tenido voz ni voto.
La población japonesa se prepara para festejos históricos y casi inéditos porque esta vez la nación no está de luto por el deceso de un soberano. Las principales ceremonias, muy protocolarias, durarán solo dos días (30 de abril y 1 de mayo) y se celebrarán en la más bella sala del palacio imperial. Serán difundidas por la cadena pública NHK. "Su Majestad está pasando su tiempo tan calmadamente como siempre. Nos gustaría apoyarlo para que pueda celebrar el día de la abdicación con tranquilidad", dijo un asistente.
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Se espera que miles de personas se reúnan en las inmediaciones del palacio imperial y de los santuarios sintoístas, religión por la que se rigen parte de los ritos imperiales. "Hay varias etapas en las ceremonias de sucesión que de hecho no figuran en ninguna ley", explicó recientemente el editorialista e historiador Eiichi Miyashiro. "El sentido de estas ceremonias es difícil de entender y la mayoría de los japoneses lo ignoran", añadió.
Los japoneses, que tienen fama de trabajar duro, combinarán los dos días festivos de este acontecimiento con la tradicional "semana dorada", sumando un total de 10 días descanso nacional. Pero no todos se mostraron contentos con estas vacaciones extraordinarias, y hubo quien se quejó de la falta de acceso a los servicios públicos y sanitarios o de no tener dónde dejar a los niños por culpa de los días feriados. Según una encuesta del diario Asahi Shimbun, el 45% de los japoneses no "se sentía feliz" al tener tantas vacaciones, frente a un 35% que sí lo estaba.
58 emperadores renunciaron antes que Akihito
La abdicación del emperador será este 30 de abril a las 17 (hora de Tokio) en la más lujosa sala del Palacio imperial, la "sala del pino" ("Matsu-no-Ma"). Esta sala de 370 m2 debe su nombre a su espectacular entarimado, de madera de árboles japoneses zelkova, y a sus muros adornados con motivos de agujas de pino. En el transcurso de esta breve ceremonia, en presencia del primer ministro Shinzo Abe y otros 300 dignatarios, Akihito anunciará los motivos de su renuncia.
El primer ministro Shinzo Abe, cuyo gobierno redactó la ley especial que permitió al emperador abdicar, dará un discurso antes de que Akihito hable por última vez como emperador, aunque conservará oficialmente el título hasta la medianoche, cuando se produzca el cambio de era. Al iniciar el 1 de mayo, Akihito se convertirá en el “emperador emérito”.
Akihito de Japón es el primer emperador que abdica al trono en 202 años desde Kokaku (1771-1840), antepasado directo de la actual dinastía. La historia nipona contabiliza 58 abdicaciones desde Kogyoku, que entregó el trono al emperador Kotoku durante la reforma política de Taika-no-Kaishin que puso a la casa imperial en control de Japón en el siglo VII.
Además, en los reinados precedentes a Kokaku, la mayoría de los emperadores de Japón murió durante su juventud (en muchos casos, siendo todavía niños), por lo que Kokaku fue el primero en varios siglos en reinar más allá de los 40 años de edad, precisamente desde la abdicación del emperador Ogimachi en 1586. El reinado de Akihito, de 30 años, es uno de los más extensos.
Entronización el 1 de mayo
A las 00 horas del 1 de mayo el príncipe Naruhito, hasta ahora heredero, se convertirá oficialmente en el 126º emperador, con lo que Japón pasará de la Era Heisei ("lograr la paz") a la era Reiwa ("hermosa armonía"). Para la sucesión, los "tesoros sagrados", cuya leyenda cuenta que son más que milenarios y fueron transmitidos al linaje imperial por la diosa del sol Amaterasu, serán entregados a Naruhito en estuches, cuidadosamente protegidos de las miradas.
Estos tesoros son el "Yata no Kagami" (espejo), el "Kusanagi no Tsurugi" (espada) y el "Yasakani no Magatama" (una joya no identificada) que representan la sabiduría, el valor y la bondad, respectivamente. El espejo, sin embargo, no formará parte del ritual, ya que nunca deja el lugar donde es conservado en el Palacio. La posesión de estos tres tesoros es considerada como prueba esencial de la legitimidad del emperador, aunque de ellos no existen ni siquiera fotos, e incluso el emperador no puede verlos.
Ocultos a la vista de cualquier mortal, los tesoros imperiales son un misterio para los japoneses, sean plebeyos o cortesanos. "No sabemos cómo son", reconoció Eiichi Miyashiro, especialista en la familia imperial del diario Asahi Shimbun. "No sabemos cuándo se hicieron. Nunca los hemos visto", dijo a la BBC la profesora Hideya Kawanishi, de la Universidad de Nagoya. "Incluso el emperador nunca los ha visto".
Naruhito no hablará durante esa corta sesión, de la que estarán excluidas las mujeres. Poco después, participará en otro ritual, en el que dará su primer discurso como soberano. Luego, el 4 de mayo, saludará a la muchedumbre desde el balcón del Palacio, protegido por un cristal blindado. Durante esta serie de eventos, los miembros de la familia imperial estarán vestidos al estilo occidental y solamente en la ceremonia del 22 de octubre el nuevo emperador y su esposa, la exdiplomática Masako Owada, llevarán suntuosos atuendos tradicionales. La ceremonia costará 1.000 millones de yenes.
La casa imperial reservó 1.200 millones de yenes para renovaciones, principalmente en el palacio imperial de Tokio donde vivirán el nuevo emperador y su familia, y en la residencia del príncipe Akishino, quien se convertirá en el nuevo príncipe heredero. Se destinarán 2,9 mil millones de yenes adicionales para expandir el personal de los emperadores retirados y del príncipe Akishino. El número total de empleados aumentará de 159 a 191.
Naruhito se convertirá en el nuevo "símbolo del pueblo y de la unidad de la nación", según la definición de la Constitución que entró en vigor en 1947 y con la que el emperador perdió su estatuto de “semidios”. Naruhito promete seguir los pasos de su padre y dejó claro que continuará obrando para que las generaciones futuras conozcan los abusos cometidos por Japón durante la guerra y apoyando a las víctimas de catástrofes naturales. Según los expertos, con esto no le bastará para dejar huella, pero su preocupación por el problema del agua en la Tierra podría darle un cariz más internacional a su papel.
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El príncipe Naruhito es el mayor de los tres hijos nacidos de Akihito y Michiko, y fue criado para ser emperador. Se graduó en 1982 en el departamento de historia de la Universidad de Gakushuin en Tokio, una escuela favorecida por la familia imperial japonesa, y luego estudió durante dos años en la Universidad de Oxford. Se casó con la exdiplomática Masako Owada en 1993 y tienen una hija, la princesa Aiko, de 17 años, a quien la ley prohíbe ascender al trono trono por ser mujer. Por ello, desde el día 1 de Reiwa será el príncipe Akishino -hermano menor de Naruhito- el nuevo heredero.