INTERNACIONAL
Medio Oriente

¿El estado palestino se murió el 7 de octubre de 2023?

La idea de dos estados para dos pueblos ya estaba muy desinflada desde hace mucho tiempo, pero sobrevivía en la mesa de negociaciones. El ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, cuando Hamas masacró a 1200 personas en el sur de Israel y se llevó decenas de rehenes, incluyendo ancianos y niños, podría haber matado el concepto para siempre. Los radicales palestinos, la derecha israelí y el presidente Joe Biden parecen estar trabajando para acelerar el entierro.

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Ondeando la bandera palestina en Cisjordania | Ahmed Abu Hameeda

"Palestina está muerta: nadie podrá jamás crear un estado palestino". Ese es el título de una resonante columna de opinión que el 24 de febrero publicó el Jerusalem Post, que será un diario conservador pero no es ni por asomo de extrema derecha ni belicista. De todas maneras, el prestigioso periódico parece estar reflejando, aunque sea en la voz de un dirigente de derechas, una posición que no deja de crecer entre los israelíes de centro y hasta de izquierda. 

La nota la escribió Michael Freund, un ex vocero del primer ministro Benjamin Netanyahu y un bastante conocido militante de la expansión de los asentamientos judíos en Judea y Samaria, los territorios también conocidos como Cisjordania y que, desde la partición de 1947, deberían servir de base para un estado palestino.

Para Freund, "la idea misma de un estado palestino ya no es geográficamente viable, moralmente aceptable o incluso políticamente tolerable para la abrumadora mayoría de los israelíes". Y agregó: "en pocas palabras, la idea de 'Palestina' está muerta y enterrada, y por mucho que lo intenten, los políticos occidentales nunca podrán revivirla".

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La razón más actual, para Freund y para muchos israelíes, es obvia: "A raíz de la masacre del 7 de octubre -afirmó el estratega político-, existe ahora un consenso generalizado dentro de Israel en todo el espectro político de que un estado palestino no puede ni debe jamás llegar a existir".

Freund citó una encuesta realizada a principios de este año por el Instituto para la Democracia de Israel, que tiene su base en Jerusalén, según la cual un 63 por ciento de los ciudadanos judíos del país se opone a la creación de un estado palestino (un 73 por ciento de los israelíes árabes se declaró a favor). 

Hamás denunció que soldados israelíes mataron a tiros a más de 100 palestinos que esperaban ayuda humanitaria

Entre los judíos israelíes, el sondeo detectó que el 71,5 por ciento cree que el terrorismo "seguirá igual o se volverá aún más fuerte" con la creación de un estado palestino a tiro de cohete de Tel Aviv o Haifa.

Pero Freund apuntó a otra razón que haría inviable la creación de un ente nacional con todas las letras para los palestinos. "Existe el hecho simple e indiscutible de que, afortunadamente, la población judía en Judea y Samaria creció hasta el punto en que ningún poder humano en la Tierra podría desarraigarla", aseveró. 

En efecto, se estima que a principios del 2023 el número de colonos judíos en Cisjordania pasó el umbral del medio millón de personas. En contraste, en el 2005, cuando el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, ordenó la evacuación de los judíos que vivían en Gaza, el número de colonos en ese territorio palestino era de apenas 9.000. 

Actualmente, en Cisjordania existen incluso ciudades enteras desarrolladas para la población judía, como Ariel, unos pocos kilómetros al norte de Ramallah, con más de 20.000 habitantes y hasta una universidad, bastante importante, por cierto. 

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Soldados israelíes en Gaza / Foto: FDI

Durante décadas, el concepto de dos estados para dos pueblos estuvo en el centro de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, pero la predominancia del derechista Likud, el partido de Netanyahu, en el poder en Jerusalén, erosionó lentamente su viabilidad. Tampoco hay que olvidar que Israel tuvo durante los años 2021 y 2022 un gobierno de coalición con un primer ministro de derecha, Naftali Bennett, que directamente niega la posibilidad de un país para los palestinos, y uno de centroizquierda, Yair Lapid, que no se muestra muy entusiasmado con la idea. 

Llamativamente, en el mismo día en que el Jerusalem Post sacaba la columna de Freund, el New York Post, el popular diario amarillista de la Gran Manzana, publicó un editorial propio en el que denunció la supuesta "traición" que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaría cometiendo contra Israel. El tabloide conservador de Nueva York (y furibundo enemigo del partido demócrata) afirmó que las presiones de Biden en favor de un cese del fuego están perjudicando las posibilidades de que Hamas afloje su posición y acceda a liberar más rehenes.

"Los incentivos para que los asesinos terroristas lleguen a un acuerdo real" para devolver cautivos tomados durante el raid del 7/10 "están enormemente disminuidos" a causa de la insistencia del jefe de la Casa Blanca y sus declaraciones en favor de la solución de dos estados, agregó el periódico norteamericano. 

Los demócratas de Biden, siguió el New York Post, "también están insistiendo en su sueño delirante de una 'solución de dos estados', una noción que el gabinete israelí rechazó firmemente y que sólo el 25 por ciento de los israelíes apoya".

"Después del 7 de octubre, hay que estar ciego para no ver una horrible amenaza a la seguridad por parte de un estado así, y no verla como una recompensa por el inhumano ataque terrorista de Hamas lanzado ese día", completó.

El elemento de poder que, en un mundo geopolítico ideal, podría impulsar una verdadera independencia palestina, se encuentra, por su parte, cayendo bajo el peso de su propia corrupción y del letargo de sus dirigentes más potables. El lunes de esta semana, empujados por una urgente nueva realidad en la zona, el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohammed Shtayyeh, y su gobierno presentaron sus renuncias.

Dos días después, hablando desde Ginebra, adonde había viajado para participar de una reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el ministro de Exteriores de la ANP, Riyad Al-Maliki, reconoció que Hamas ya no es un socio posible en el universo palestino más o menos moderado. 

"Este no es el momento de un gobierno de coalición nacional", dijo Al-Maliki. Puntualmente, precisó, "no es el momento de un gobierno del que Hamas forme parte, porque, en este caso, sería boicoteado por varios países, como ocurrió antes". El ministro insistió en que "no queremos estar en una situación como esa, queremos ser aceptados y comprometernos plenamente con la comunidad internacional", algo que, obviamente, no ocurrirá con Hamas en el poder en Gaza. 

En esta situación tampoco resulta un buen aporte el auge de protestas y manifestaciones radicales que se viene registrando alrededor del mundo, de palestinos mezclados con militantes anti-israelíes y no pocos antisemitas hechos y derechos que canta "From the river to the sea / Palestine will be free". La rima es muy linda, pero la idea se traduce como "desde el río (Jordán) hasta el mar (Mediterráneo), Palestina será libre" de residentes judíos que insistan con querer vivir en un estado hebreo. 

Una "apuesta sangrienta"

Pocas horas después del ataque terrorista del 7/10, además de sus fuerzas de seguridad Israel puso en marcha también su maquinaria de propaganda, tratando de explicar al mundo sus razones para lo que se venía: arrasar Gaza en el intento de destruir a Hamas. El discurso básico incluye un elemento que tiene su lógica: desactivar al grupo terrorista de matriz islámica no es solamente bueno para Israel sino también para los civiles palestinos.

Biden y muchos otros líderes políticos globales, como su colega francés, Emmanuel Macron, no cesan en su reclamo de un cese del fuego en Gaza, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) insisten con sus planes de entrar en Rafah, la ciudad ubicada en la zona del enclave palestino fronteriza con Gaza y donde los jefes militares de Jerusalén aseguran que se encuentran los últimos bolsones de fortaleza de Hamas. 

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Manifestantes pro-palestinos / Foto: Mohammed Abubakr

Las estimaciones sobre la destrucción que realmente está sufriendo Hamas varían ampliamente. De hecho, los miembros del grupo siguen causando bajas al ejército israelí y disparando cohetes. A principios de febrero, Netanyahu dijo que Hamas le quedaban solamente seis batallones, pero muchos expertos advierten que, incluso en el caso de una dura derrota militar, al grupo islamista le quedarán prácticamente intactas sus capacidades para cometer actos terroristas, en Gaza y alrededor del mundo. 

Este escenario parece sostener los sueños de dirigentes como Freund, el que declaró que "Palestina está muerta". ¿Es Hamas el verdugo de las aspiraciones nacionales de los palestinos? Muchos israelíes no levantarían un dedo para que los vecinos más moderados concreten sus ambiciones, pero Hamas parece tener razones más firmes. 

A principios de noviembre del año pasado, pocas semanas después del ataque terrorista contra las comunidades israelíes en el borde con la Franja de Gaza, el New York Times ya hablaba de la "sangrienta apuesta" de Hamas. En la "sangrienta aritmética" de los líderes del grupo islamista, "la carnicería no es el resultado lamentable de un gran error de cálculo" sino "todo lo contrario", señalaba el artículo del Times

Entrevistado en Qatar por el diario neoyorquino, uno de los jefes de Hamas, Khalil al-Hayya, explicaba que el grupo buscó "cambiar toda la ecuación y no simplemente tener un choque" con Israel. "Logramos volver a poner la cuestión palestina sobre la mesa y ahora nadie en la región está en calma", agregó el líder islamista. ¿Seguirá pensando lo mismo tres meses después, cuando ya ni siquiera sus colegas de la ANP se quieren sentar a su lado en público?