El Frente Nacional se consolida en Francia como la primera fuerza

Agencias
El ultraderechista Frente Nacional encabeza en Francia las encuestas para las elecciones europeas que se realizarán el 25 de mayo. El partido fundado en 1972 por Jean-Marie Le Pen y liderado hoy por su hija Marine se consolida como favorito para los comicios frente a la debacle de los socialistas, con sus votantes desorientados ante el giro conservador del gobierno del presidente François Hollande.
Un sondeo publicado ayer sitúa al FN de nuevo al frente, con el 24% de intención de voto, dos puntos por delante de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP, 22%) del ex presidente Nicolas Sarkozy, y con el Partido Socialista relegado al tercer lugar, con el 20%. Con los socialistas divididos por el plan de ajuste de 50 mil millones de euros del gobierno de Manuel Valls y la oposición de la UMP descolocada por el giro centrista de Hollande, las europeas de mayo serían, de confirmarse las previsiones, las primeras elecciones lideradas a nivel nacional por el partido de Marine Le Pen.
“Tenemos la capacidad de llegar en cabeza, siempre y cuando los franceses opuestos a la Unión Europea voten y no expresen su desacuerdo con la abstención”, dijo Marine, que encabeza las listas del FN para la región del noroeste. A su juicio, una victoria de su partido obligará a la UE a decir “hay que enfrentar las políticas de austeridad” y a poner fin a lo que consideró “la apertura total de las fronteras”.
En cuarto lugar se ubica la alianza centrista UDI-Modem-l’Alternative, con el 9%. Le sigue el Frente de Izquierda (7,5%) y los antiguos socios de gobierno de Europe Ecologie-Les Verts (7%). La misma encuesta prevé una abstención récord en estos comicios, ya que sólo el 35% de los encuestados asegura estar seguro de acudir a las urnas, cuando la tasa de participación fue del 41,31% en las pasadas europeas en Francia.
Otra encuesta divulgada el sábado muestra que los socialistas siguen sin asimilar el brusco giro conservador del gobierno que, además de aplicar un severo ajuste, impulsó una flexibilización laboral y colocó la deportación de gitanos como una de las prioridades. Según el sondeo, el 56% de los votantes socialistas cree que Hollande y Valls no son “suficientemente de izquierda”.