Agencias
Barcelona
El presidente catalán, Artur Mas, firmó ayer el decreto que convoca para el 9 de noviembre a una consulta independentista, que el gobierno español ya adelantó que mañana mismo impugnará ante el Tribunal Constitucional.
“Cataluña quiere hablar, quiere ser escuchada y quiere votar”, dijo Mas luego de rubricar el decreto acompañado de todos sus ministros en un solemne acto realizado en el Palau de la Generalitat, la sede del gobierno autonómico, en Barcelona.
Sin embargo, poco después la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamarina, advirtió que la consulta “no se va a celebrar porque es inconstitucional”, y adelantó que el gobierno de Mariano Rajoy pedirá el parecer del Consejo de Estado, máximo órgano consultivo, que tendrá un plazo de 48 horas para expedirse, y luego presentará su recurso ante el Tribunal Constitucional. Si éste acepta estudiarlo, la convocatoria quedará automáticamente suspendida.
“Una vez suspendida la convocatoria, no puede llevarse a cabo ninguna actuación tendiente a ejecutarla, continuarla o a que surta efecto”, advirtió Santamarina, consciente de que sectores nacionalistas reclaman a Mas que convoque a la consulta aunque sea declarada inconstitucional.
Promesa. La convocatoria a un referéndum para decidir si Cataluña debe iniciar un proceso de secesión de España fue una promesa de Mas y su partido, Convergència i Unió, durante la campaña electoral de 2012, pero era ya defendida por partidos independentistas y organizaciones sociales.
El decreto firmado ayer por Mas fija la fecha del domingo 9 de noviembre para votar las dos preguntas planteadas por los partidos que defienden la consulta: “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?”. Y si la respuesta es afirmativa, “¿Quiere que este Estado sea independiente?”.
Desde China, donde realizaba una visita oficial, Rajoy sostuvo que Mas se “metió en un lío” con la convocatoria, ya que no hay dudas de que será declarada inconstitucional.
La oposición socialista apoyó al gobierno y criticó a Mas. “La firma de este decreto es el último episodio de una deriva muy grave”, dijo el portavoz Antonio Hernando. “Mas debe saber que con su actitud produce una enorme frustración en la sociedad y una enorme fractura dentro de la sociedad catalana y española”.