INTERNACIONAL

El ideólogo del nuevo yihadismo que aterroriza a Europa y EE.UU.

El responsable es Abu Musab al-Suri, un sirio de 56 años, que vivió en Gran Bretaña y Francia. Es ingeniero mecánico y hoy está en Yemen.

Arquitecto de la Yihad. Tiene la ciudadanía española y vivió en Francia.
| Cedoc Perfil

París
En los 13 años que transcurrieron desde los ataques de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York, el terrorismo islamista experimentó una mutación táctica crucial que no fue advertida a tiempo por Occidente. El responsable de ese cambio trascendental es Abu Musab al-Suri, un sirio de 56 años, que vivió en Gran Bretaña y Francia, y está casado con la española Elena Morena, lo que le permitió obtener la doble nacionalidad. Actualmente refugiado en Yemen, “el sirio” –como se lo conoce en los medios islamistas– es el teórico del yihadismo atomizado que en los últimos años reemplazó al terrorismo centralizado y vertical de Al Qaeda.

Mustafá Sittmariam Nassar o Nazar –ésa es su verdadera identidad– nació en 1958 en Alepo, donde estudió ingeniería mecánica. El investigador noruego Brynjar Lia lo define como un “disidente, un espíritu crítico, un intelectual dentro de una corriente ideológica que se caracteriza por su obediencia”.

Biblia del terror. Su celebridad proviene de un trabajo de 2.500 páginas que difundió en 2004 por internet en el que criticaba la estrategia de “terrorismo espectacular” de Bin Laden y apelaba a promover una resistencia islámica global. En esa nueva biblia del terrorismo islámico, ese personaje aparentemente apacible y galante con las mujeres, famoso por sus ojos verdes y su espesa barba pelirroja, incita a practicar “una guerra santa sin jerarquías” capaz de crear el caos en los países occidentales.

El objetivo final de esa estrategia consiste en crear una división irreparable entre los musulmanes y las sociedades locales. El ejemplo actual de Francia parece indicar que los hermanos Said y Cherif Kouachi, y su cómplice Amedi Coulibaly no fueron insensibles a ese consejo.

Ese manual incita a desarrollar acciones terroristas individuales o con pequeñas células  –sin ningún vínculo con un comando central–, capaces de formarse y armarse de forma totalmente autónoma. “Sin organización ni red, no hay captura posible”, explica.

Poder. A partir de la muerte de Bin Laden en 2011, sus textos comenzaron a ejercer una fuerte influencia en la juventud musulmana que vive en Occidente. Al Suri tampoco coincide con la estrategia de Estado Islámico (IE). Ese movimiento que opera en Siria e Irak dirigido por Abu Bakr al-Baghdadi “cometió el error” de “haber unificado” a todos los enemigos de la Yihad: los occidentales, que se aliaron para bombardear a las fuerzas de Daech, y provocaron la reunificación de los kurdos y la intervención de Irán y del Hezbollah libanés a los regímenes de Bagdad y Damasco. “El EI será una víctima fácil de Occidente”, proclamó recientemente. Fue capturado en Pakistán y entregado a Estados Unidos, que –a su vez– lo transfirió a Siria. En ese momento, el régimen de Bashar al-Assad todavía mantenía buenas relaciones con la Casa Blanca. Curiosamente, Al-Assad lo liberó al inicio de la guerra civil. Nadie sabe qué pasó después. Poco importa en realidad el lugar donde se encuentra porque el verdadero peligro de Al-Suri es cuando está sentado frente a una computadora.