El conflicto de relevancia mundial, que involucra a Rusia, Ucrania, Estados Unidos y Europa, tuvo consecuencias inesperadas en Brasil: el presidente Jair Bolsonaro y su vice Hamilton Mourao trabaron una batalla pública acerca de a quién le atañe dar definiciones sobre la posición oficial del país. El general Mourao decidió anticiparse al presumir que le correspondía dar respuestas sobre el asunto a periodistas brasileños: “Brasil no es neutro” les dijo ayer por la mañana para agregar la frase que daría origen a la rencilla: “Debemos dejar muy claro que respetamos la soberanía de Ucrania y no concordamos con una invasión del territorio ucraniano. Esto es una realidad”.
Sus enunciados no fueron dados en cualquier lugar. El vicepresidente habló justo al entrar en el Palacio del Planalto, la casa de gobierno. Hasta ahora, las recomendaciones de la cancillería brasileña para el gobierno federal eran las de hacer el menor ruido posible con relación al tema. Comandado por el ministro Carlos França, Itamaraty se abstuvo de adoptar una postura públicamente crítica contra Rusia. Más precisamente, el embajador ante las Naciones Unidas Ronaldo Costa Filho, en su discurso pronunciado el lunes pasado (21 de febrero) ante el Consejo de Seguridad de la ONU (que Brasil integra desde inicios de este año), evitó cualquier desmedro contra Putin, aunque consistente con la política exterior histórica de Itamaraty, reclamó “la desmovilización de tropas y equipos militares” en la frontera ruso-ucranianan, en obvia referencia al desarme de las tropas rusas.
Después de escuchar las manifestaciones de su vice, Bolsonaro decidió salir al aire a través de su video online en Facebook, emitido todos los jueves. Al lado de su ministro de Relaciones Exteriores França, indicó que no le compete al vicepresidente del país dar ninguna clase de precisiones sobre el tema. “El artículo 84 (de la Constitución) indica que es tarea del presidente (del país) hablar sobre ese asunto. Y el presidente se llama Bolsonaro. Con todo respeto a la persona que habló antes (en referencia a su vice Mourao), que vi en las imágenes, esa persona está hablando algo que no debe. No es su competencia, es nuestra”. El jefe de Estado abundó en explicaciones al señalar que su gobierno quiere la paz. “Viajamos en paz a Rusia. Hicimos un contacto excepcional con el presidente Putin” subrayó.
Las controversias entre Bolsonaro y el general Mourao no son nuevas. Pero ésta pareció colmar la paciencia presidencial. La nueva disputa se originó en el viaje a Moscú emprendido por el presidente brasileño el 14 de febrero. Vale recordar que esa gira provocó desconfianza en Washington, a tal punto que el secretario de Estado Antony Blinken lo llamó a su colega França para expresar el “disgusto” de la administración Biden y pedirle que hiciera desistir a Bolsonaro de esa tournée. Lejos de ello, al ser recibido por Putin en el Kremlin, el presidente brasileño le manifestó: “Somos solidarios con Rusia”.
Las controversias entre Bolsonaro y el general Mourao no son nuevas
Esa frase no podía caer en saco vacío, pues ya se insinuaba en ese momento el alcance militar del enfrentamiento del líder ruso con el ucraniano Volodymyr Zelensky. Hasta ayer, el gobierno brasileño mantuvo una postura de demandar paz y desarme de las partes en conflicto. Hoy deberá votar una resolución en el Consejo de Seguridad en una reunión prevista para esta tarde, elaborada por Estados Unidos y Albania.
Por la mañana de hoy, el escenario mundial parecía experimentar un nuevo cambio, cuando el ucraniano Zelensky pidió públicamente mantener conversaciones directas con Putin. “Me gustaría dirigirme al presidente de la Federación Rusa una vez más: hay combates en toda Ucrania. Vamos a sentarnos a la mesa de negociaciones para impedir la muerte de personas” declaró. Todo indicaría que hay una predisposición del Kremlin a aceptar la demanda de negociaciones.
El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva se expidió sobre el conflicto internacional
Más allá de las repercusiones internacionales del caso, en lo doméstico revela la fuerte disputa que existe en el interior del propio gobierno de Bolsonaro. El presidente aspira a su reelección en octubre próximo y es casi seguro que llevará como su vice en la fórmula al actual ministro de Defensa Walter Braga Neto. Este general acompañó al presidente en su viaje a Rusia y Hungría, donde también estuvieron otros dos generales: Augusto Heleno, ministro de Seguridad Institucional y Luiz Eduardo Ramos, ministro de la Secretaría General de Gobierno.
También en tono de campaña electoral, ya que apuesta a retornar al Palacio del Planalto en octubre para lo que sería un tercer mandato, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva se expidió sobre el conflicto internacional. Juzgó “lamentable que en la segunda década del siglo XXI tengamos países que intentan resolver sus divergencias a través de bombas, tiros y ataques. Esto debería resolverse en una mesa de negociación”. Añadió que “nadie puede concordar con la guerra y ataques militares de un país sobre otro. Estamos acostumbrados a ver que las potencias de vez en cuando hacen eso sin pedir permiso. Fue así con la invasión de Estados Unidos a Afganistán e Iraq. Fue también así cuando Francia e Inglaterra invadieron Libia. Y es también así cuando Rusia hace eso con Ucrania”.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.