El líder evangélico norteamericano, Ted Haggard, admitió ayer ser culpable de "inmoralidad sexual", y reveló que ha luchado toda su vida contra sus impulsos "oscuros y repulsivos".
Haggard, una de las figuras religiosas más influyentes en los Estados Unidos hasta que debió renunciar ante acusaciones de sexo con un hombre dedicado a la prostitución y consumo de drogas, efectuó su confesión en una carta divulgada ante 7.000 personas en una misa de la Iglesia de la Nueva Vida.
"El hecho es que soy culpable de inmoralidad sexual (...) soy un engañador y un mentiroso", reza el documento de Haggard, casado y padre de cinco hijos. "Lo lamento tanto", agrega, "lo lamento por la decepción, la traición y el daño. Lo lamento por el horrible ejemplo ante ustedes".
Haggard fue expulsado de su congregación de 14.000 integrantes el sábado, luego de que una investigación interna concluyó que era culpable de mala conducta sexual.
Días antes había admitido la compra de drogas a quien lo acusa, el escolta masculino Mike Jones, 49 años, pero negó que le pagara para sesiones de sexo mensuales durante un periodo de tres años.
Haggard fundó la Iglesia de la Nueva Vida en el sótano de su casa en 1984, y era hasta su caída uno de los líderes religiosos más influyentes del país al presidir la Asociación Nacional de Envangélicos, integrada por 30 millones de personas.
Su acusador, Jones, dijo que decidió hacer pública la conducta de Haggard en respuesta a su negativa a apoyar el matrimonio homosexual.
"Uno no puede tener dos opiniones cuando se tiene tanta influencia", dijo. "Debió ser un mejor ejemplo".