El Metro de Moscú no sólo es el principal medio de transporte público de la capital rusa, sino clara y decididamente uno de sus grandes motivos de orgullo y uno de sus mayores atractivos turísticos, que maravilla a los visitantes de esta gran ciudad de cerca de 10 millones de habitantes. Y no es para menos: la magnificencia de sus vestíbulos, la longitud de sus escaleras mecánicas que llevan a los pasajeros a estaciones situadas a casi un centenar de metros de profundidad, donde son recibidos por una variedad impensable de mármoles y granitos, son capaces de dejar boquiabierto a los que bajan por primera vez a este sorprendente mundo subterráneo.