INTERNACIONAL

El Papa Francisco le pone fin al 'monje negro' de Benedicto XVI

Según la prensa italiana, el Papa removerá hoy a Tarcisio Bertone, el actual secretario de Estado en la Santa Sede.

Hombres de fe. Francisco recibió monjes en la iglesia de San Agustín. La visita se produjo en medio de los profundos cambios que el Pontífice está llevando a cabo en el poder de la curia.
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Se termina un ciclo en el Vaticano. El papa Francisco habría decidido remover de la secretaría de Estado al cardenal italiano Tarcisio Bertone, número dos de la Santa Sede y “monje negro” del papado de Benedicto XVI. Según revelaron ayer fuentes vaticanas al diario Corriere della Sera, el Pontífice habría llegado a un acuerdo con Bertone, símbolo de las luchas palaciegas en el seno de la Iglesia Católica, para que abandone su cargo luego de las numerosas controversias en las que se vio involucrado desde que asumió en junio de 2006.

Según la prensa italiana, la decisión se daría a conocer hoy y el reemplazante sería el actual nuncio apostólico en Venezuela, Pietro Parolin. La salida de Bertone, de 78 años, era una cuestión de tiempo. De acuerdo con el periódico milanés, la decisión de Francisco de sustituirlo “se aceleró considerablemente en las últimas dos semanas”, luego de una charla privada a mediados de agosto en la que el secretario de Estado le habría manifestado al Papa que se siente desgastado.

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El último episodio que lo incomodó fue el nombramiento de la relacionista pública italiana Francesca Chaouqui como miembro de una comisión para revisar la estructura administrativa del Vaticano. En su vieja cuenta de Twitter, la joven asesora de Francisco había responsabilizado a Bertone por la renuncia de Benedicto XVI y lo había acusado de ser un “corrupto”.

Sin embargo, el caso Chaouqui es sólo una perla en el collar de escándalos que envolvieron a Bertone en los últimos siete años. El secretario de Estado fue el principal blanco de los “cuervos” que filtraron los documentos secretos del VatiLeaks. Su nombre también apareció asociado a la falta de transparencia en el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), conocido como Banco Vaticano. La reciente detención por fraude fiscal de monseñor Nunzio Scarano provocó la caída del director y el vicedirector del IOR, Paolo Cipriani y Massimo Tulli, ambos considerados bertonianos.

Tras el arresto de Scarano, Bertone le habría comunicado a Francisco su estrategia de salida. Permanecerá en la secretaría de Estado hasta cuarenta días después del anuncio oficial de su reemplazo, ya que ese es el plazo previsto cuando el eventual sucesor no vive en el Vaticano. Al mismo tiempo, Bertone pretende seguir como presidente de la comisión de vigilancia cardenalicia del IOR, un puesto en el que se hizo reelegir por cinco años, antes de la renuncia de Benedicto XVI y sin esperar al nuevo Papa.

El cardenal sostiene que la “purificación” de las cuentas vaticanas se inició “antes del papado de Francisco”. Pese a sus pretensiones, el Corriere indicó que conservará su puesto en la comisión de supervisión del IOR sólo hasta diciembre. Bertone sí podría continuar como camarlengo, cargo que ocupa desde 2007 y que resulta clave ante la dimisión o fallecimiento de un Papa.

Parolin, de 58 años, es el candidato más fuerte para asumir en la secretaría de Estado. Sacerdote desde 1980, se unió al servicio diplomático de la Santa Sede en 1986 y cumplió funciones en México, Nigeria y Venezuela. En 2002, fue nombrado secretario de la sección para las relaciones con los Estados de la secretaría de Estado, cuando el número dos del Vaticano aún era Angelo Sodano, gran rival de Bertone.

Sin embargo, la última palabra aún no está dicha y en la danza de postulantes para la secretaría también aparece Giuseppe Bertello, presidente del gobierno de la Ciudad del Vaticano. Bertello fue nuncio en México y allí se enfrentó con el corrupto Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Ahora, su nombre suena para el puesto más caliente de la Santa Sede.

Francisco acompaña decisiones trascendentales como la remoción de Bertone con gestos cotidianos e inusuales que ya son una marca distintiva de su papado. Hace algunos días, Juan José Jaime, argentino y fanático de San Lorenzo, oyó una voz que le resultó conocida al otro lado del teléfono: “Hola, Cuervo. ¿Cómo estás?”. Era el Papa, quien adoptó como costumbre sorprender a fieles de todo el mundo con llamados telefónicos que realiza como si fuera algo natural.

“Queridos amigos, quiero hacerles saber que esta mañana me sorprendió una llamada a mi celular –contó Jaime en su cuenta de Facebook–. Estaba en mi trabajo con mi sobrina y una vecina, y la voz del otro lado me dijo: ‘Hola Cuervo, cómo estás?’. Era el papa Francisco, un padre para mí”.

Juan José es un viejo conocido del Papa: fue uno de los doce jóvenes a quienes el entonces arzobispo Bergoglio lavó los pies el Jueves Santo de 2008. Desde entonces siguieron en contacto, unidos por la fe en Dios y por la devoción al club de sus amores, San Lorenzo de Almagro.