Se dio un resultado histórico en Italia: 60% contra 40%, y la reforma constitucional propuesta por Matteo Renzi fue rechazada. Ahora el primer ministro presentará su renuncia. En los últimos meses fue el mismo Renzi quien se ocupó de personalizar este referéndum de una manera poco viable sin entender el peligro implícito de someter su gobierno al juicio del pueblo mediante esta reforma.
Los hechos recientes habían dejado este riesgo en evidencia. En el Reino Unido, David Cameron también recurrió al mecanismo del referéndum para dirimir el Brexit y no supo leer el verdadero enojo que sus conciudadanos llevaban dentro. Fracasó y tuvo que renunciar. En Colombia, Juan Manuel Santos también creyó que el referéndum sería la mejor manera de anclar su éxito personal en la aprobación de los acuerdos de paz con las FARC. No se dio cuenta de que las heridas de su gente eran mucho más profundas y necesitaban un proceso de participación democrática que no se podía resolver con un dicotómico Sí o No.
El mismo error cometió Renzi: pensó que con una sola, larga y un poco engañosa pregunta sobre la nueva Constitución de la República podía conseguir un nuevo marco institucional y así una investidura popular casi plebiscitaria para poder continuar su trabajo hasta 2018. ¡No fue así! Millones de italianos se pusieron a leer su propia Constitución, a discutir entre ellos para formar una idea y finalmente votar de una manera crítica y consciente. Otros simplemente se aprovecharon de la oportunidad para atacar al gobierno y adelantar el cambio. El país vivió una profunda laceración que habrá que curar.
El equilibrio del presidente Sergio Mattarella será indispensable para salir rápida e inteligentemente de este momento de transición. Todos nosotros, italianos e italianas, tendremos que arremangarnos en espíritu de solidaridad. El pueblo italiano se expresó contra el cambio de su carta fundamental sin su participación. ¡Que los políticos aprendan esta lección!
*Profesor de la Escuela de Gobierno, Política y RR.II. de la Universidad Austral.