El príncipe Harry de Inglaterra y uno de sus amigos están bajo sospecha de haber disparado y matado a dos aves rapaces protegidas.
A pesar de que ambos negaron, en declaraciones a la policía, haber tenido algo que ver con la muerte de los aguiluchos pálidos en una propiedad real, lo cierto es que el príncipe y su amigo fueron los únicos que estuvieron de caza en la finca de Sandringham en el condado de Norfolk en el momento de producirse los hechos.
El delito de matar a aguiluchos pálidos puede suponer hasta seis meses de cárcel o una multa de 5.000 libras (unos 10.000 dólares).
Un portavoz de la organización ecologista Natural England dijo que hubo testigos que vieron el miércoles de la semana pasada cómo los aguiluchos eran abatidos, pero no vieron a quienes dispararon.
" Estamos consternados por el hecho de que dos de los pájaros más singulares de Inglaterra hayan sido matados de esta manera", expresó.
The Guardian indicó, en tanto, que empleados del padre de Harry, el príncipe Carlos, informaron a la policía que el príncipe y su amigo estaban de caza.
Una portavoz de la corte dijo: " La policía interrogó al príncipe Harry y a su amigo, para ver si podían aportar informaciones útiles, dado que estaban en la zona en el momento de los hechos. Lamentablemente, no tienen conocimiento del incidente".
Fuente: DPA