Como en los tiempos de Fidel Castro, el gobierno de Cuba regresó ayer a los actos masivos de “reafirmación revolucionaria” para rechazar una ofensiva en su contra en redes sociales y cerrar el paso a protestas como las ocurridas hace una semana, y cumplir con la histórica consigna castrista retomada por el presidente Miguel Díaz-Canel: “La calle es de los revolucionarios”.
Se trató, como históricamente, de una manifestación perfectamente organizada, convocada a través de estructuras partidarias, un fuerte contraste con la espontaneidad de las protestas que estallaron el domingo 11.
La multitud había sido convocada a través de los centros de trabajo y las universidades, y llegó en varios autobuses. Prácticamente ningún manifestante se acercó en forma espontánea.
“¡Abajo los yanquis!”, “¡Nacimos para vencer y no para ser vencidos!”, gritaba la multitud, muchos con las mismas banderitas cubanas y congregados en el Malecón de La Habana, apoyando al presidente: “Pa’ lo que sea Canel, pa’ lo que sea”.
Fue el primer acto público en respuesta a las históricas protestas que sacudieron el domingo y lunes pasados decenas de ciudades cubanas, cuya violenta represión provocó un muerto, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, y evidenció importantes fisuras sociales.
Varios miles de personas con mascarillas, banderas nacionales y del 26 de julio (Movimiento de Fidel Castro para la revolución) “respondieron” a la convocatoria en La Habana, y amanecieron junto al presidente Miguel Díaz-Canel y al líder jubilado Raúl Castro, vestido con su uniforme de general. Desde abril, que dejó la jefatura del Partido Comunista, Raúl estaba fuera del ámbito público hasta las protestas.
La movilización sucede en el peor momento de la pandemia de covid-19 para Cuba. La Isla, de 11,2 millones de habitantes, acumula 275.608 casos y 1.843 muertos. Solo en las últimas 24 horas, hubo más de 6 mil contagios y 52 fallecidos.
“Una mentira”. “Cesen la mentira, la infamia y el odio. Cuba es profundamente alérgica al odio. ¡Y jamás será tierra de odio! No se construye nada bueno del odio. El odio nos roba tiempo para amar y hasta el amor mismo”, subrayó el presidente cubano durante la concentración realizada en una céntrica plaza de la capital de la Isla.
Hay “un odio desbordado en las redes sociales”, denunció Díaz-Canel, y “lo que está viendo el mundo de Cuba es una mentira”, dijo, para quien las “imágenes falsas” difundidas en redes sociales “estimulan y glorifican el desacato y la destrucción de inmuebles”.
“Cuba de amor, de paz, de unidad, de solidaridad. Cuba de todos los cubanos que, estén donde estén, trabajan para verla avanzar con sus propias piernas y brazos hacia un destino de prosperidad posible”, afirmó Díaz-Canel.
El cubano “no es un gobierno que reprime a su pueblo”, afirmó el presidente en respuesta a imágenes y testimonios de represión policial que circularon ampliamente por las redes sociales, con un gran impacto en todo el mudo. “Esas imágenes han causado un daño inconmensurable al alma nacional”, afirmó.
El acceso a la internet móvil fue cortado en la Isla entre el domingo al mediodía y el miércoles pasado por la mañana, antes de ser restablecido, pero de manera inestable.
Para Díaz-Canel, “ninguna mentira se ha levantado por casualidad o por error, todo esta fríamente calculado en un manual de guerra no convencional” y, como siempre, acusó a Estados Unidos de haber fomentado las protestas.
Antes de comenzar el acto, en la explanada de la Piragua, cerca de la Embajada de Estados Unidos, un hombre fue arrestado después de gritar: “Patria y vida”, el título de una canción de rap contestataria devenida himno de las protestas.
“Han querido dividirnos”. Según el diario oficial Granma, también estaban previstos ayer actos en otras ciudades del país como Santiago de Cuba, Bayamo, Camagüey y Santa Clara.
La represión policial de las manifestaciones, difundida por las redes sociales o apreciada por los cubanos en las calles, ha generado críticas de artistas y otros sectores, tomando distancia del gobierno.
“Nos han tirado con todo y, lo peor, han querido dividirnos”, dijo Gerardo Hernández, diputado de la Asamblea Nacional y otro orador del acto.
Hernández es uno de los cinco agentes cubanos que guardaron prisión en Estados Unidos, acusados de espionaje, y que fue devuelto a la Isla gracias a un acuerdo de intercambio de prisioneros en 2014.
Es considerado héroe en Cuba, donde es coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución, una masiva organización barrial, de vigilancia y control. “Han querido destruir la tranquilidad de nuestros barrios, destruir la paz con que hemos vivido”, agregó y, pese a la dureza de la represión y de los anatemas lanzados por el gobierno, aseguró que “nadie es enemigo de los revolucionarios por pensar diferente”.
“Cuba es de todos”, dijo el diario Granma al convocar a los actos, pero señaló que en las calles no se admiten “ni delincuentes ni anexionistas” a Estados Unidos, como el discurso oficial califica a cualquier cubano que disienta con el gobierno.