INTERNACIONAL
Alerta a una semana de la muerte del espa Litvinineko

El Reino Unido, atacado por la radioactividad rusa

Descubrieron polonio en tres aviones y en varios lugares de Londres. Hay 18 internados y confirmaron que el ex premier ruso Yegor Gaidar fue envenenado en Irlanda. Las internas soviéticas jaquearon a la reina. Galería de fotos

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El Reino Unido paralizado por el miedo: la radioactividad rusa los puso en jaque. | AFP

Hace exactamente una semana murió el ex espía ruso Alexandre Litvinenko en un hospital de la ciudad de Londres, como consecuencia de una intoxicación con una sustancia altamente radioactiva: el polonio 210.

A la muerte del ex agente secreto le siguió una investigación que llevó a cabo Scotland Yard y que, en sólo 7 días, arrojó resultados escalofriantes: vestigios de una sustancia radioactiva fueron hallados en tres aviones de la aerolínea British Airways y rastros de polonio fueron encontrados en 12 lugares de la ciudad de Londres.

Pero hay más: hace sólo algunas horas, un equipo médico ruso determinó que el ex primer ministro Yegor Gaidar fue envenenado durante un viaje a Irlanda.

Después de los descubrimientos de ayer, en British Airways tuvieron que salir a alertar a los pasajeros de más de 200 vuelos sobre la posibilidad de haber sido afectados por el material radioactivo y, aunque intentaron mantener la calma y resaltaron que “el riesgo es muy, muy bajo”, habilitaron una línea para contestar las preguntas de los viajeros.

Las autoridades sanitarias intentaron explicar a través de los medios de comunicación que para que el efecto del polonio produzca consecuencias graves tiene que ser ingerido (como lo hizo Litvinenko) o inhalado. Pero a las más de 33 mil personas que volaron en los aviones de British y a los miles más que podrían haber sido afectados por circular por las calles de Londres, el anuncio no los dejó tranquilos.

Sobre todo después de que el Ministerio del Interior inglés admitiera que 18 personas fueron internadas en centros de salud especializados, después de que se comprobara que habían sido afectados por la sustancia radioactiva.

Esta vez, la advertencia vino de Rusia. Tanto Litvinineko como los medios occidentales acusaron al presidente ruso Vladimir Putin y a su entorno de haber ideado el asesinato para callar una investigación que el ex espía llevaba a cabo sobre otro homicidio: el de la periodista Anna Politkovskaya.

Asesinada en su departamento de Moscú, Politkovskaya investigaba casos de tortura en la provincia rusa de Chechenia que supuestamente llevaba a cabo el Gobierno para doblegar a los rebeldes separatistas de la región.

En Rusia, sin embargo, algunas versiones indicaron que el asesinato podría haber sido planeado por opositores a Putin, sabiendo que el ex espía lo implicaría. Se nombró a Boris Beresovki, un multimillonario ruso exiliado en Londres y amigo personal de Litvinenko.

Desde el principio del conflicto, los medios ingleses dieron cuenta de que el envenenamiento podría provocar “una de las más graves crisis diplomáticas de la historia entre Rusia y el Reino Unido”. En un principio, se pensó en la Guerra Fría. Ahora el conflicto puede ir más allá.

Es que el Reino Unido fue atacado por un enemigo imprevisto para todo el sistema de seguridad inglés, que desde hace año tiene todos sus esfuerzos e ideas puestas en la prevención de ataques terroristas provenientes de los extramistas islámicos.

Sus defensas están entrenadas para actuar ante un hombre bomba, el estallido en su red de subterráneos o en detectar si los centenares de musulmanes que caminan por sus calles pueden ser potenciales peligros. Pero nunca imaginaron que la radioactividad rusa los pondría en jaque.