PRAGA.- Lo que desató la alarma en el avión ruso que hoy tuvo que aterrizar de emergencia en Praga no fue un intento de secuestro sino un fuerte pelea entre una pareja que viajaba a bordo del avión ruso con casi 170 pasajeros más.
Después de que el piloto del aparato pidiera permiso para un aterrizaje urgente por una situación de emergencia a bordo en el aeropuerto de Praga, la policía checa, según afirmó el jefe de la policía, sospechó que se trataba de un secuestro.
El Airbus, de la compañía Aeroflot, volaba de Moscú a Ginebra y tuvo que aterrizar en el aeropuerto de Praga de emergencia, donde se reunió inmediatamente un gabinete de crisis.
Bomberos y médicos de urgencia esperaron en la pista. Cuando los policías checos entraron en el supuesto avión secuestrado, todo estaba de nuevo normal. Los pasajeros habían reducido al hombre que había causado el incidente y lo entregaron a los agentes, que todavía están interrogándolo.
Según medios checos, la pelea del detenido con su mujer fue subiendo de tono hasta que la tripulación del avión pensó que por motivos de seguridad era mejor interrumpir el vuelo en Praga.
Nadie resultó herido y el tráfico aéreo del aeropuerto checo tampoco se vio afectado. Antes de continuar el vuelo hasta Ginebra, sin embargo, el artefacto deberá ser examinado de nuevo en busca de posibles daños.
Una portavoz de la compañía aérea rusa informó de que el pasajero arrestado amenazó con dañar el avión y exigió un cambio de rumbo. El embajador ruso en Praga, Alexander Pismenny, dijo que el aparato había aterrizado de emergencia por un disturbio causado por un borracho y que el vuelo continuaría hoy mismo.
Fuente: DPA