INTERNACIONAL
Elecciones presidenciales 2008

El "Supermartes" se definen todas las candidaturas para la presidencia de Estados Unidos

23 estados eligen al candidato demócrata y otros 21 al republicano. Pueden quedar definidas todas las candidaturas, aunque siguen muy parejos Obama, que recorre 15.000 kilómetros para difundir su discurso basado en la esperanza y el poder de cambio, y Clinton, que se queda en el Oeste a convencer al voto latino.

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La carrera electoral de los superlativos en Estados Unidos se quedará el martes sin adjetivos ante la mayor cita de la historia en unas primarias: es el "Supermartes", el día en que casi la mitad de los estados opinarán quiénes deben luchar por la presidencia en las elecciones de noviembre.

El reto para los Clinton, Obama, McCain, Romney y compañía es gigantesco: 23 estados votarán en el partido demócrata para determinar 2.075 delegados para la convención de finales de agosto en Denver, y 21 lo harán por los republicanos, que entregarán 1.081 delegados para su encuentro en Minneapolis/Saint Paul a comienzos de septiembre.

Las cifras tienen tal dimensión que, matemáticamente, los candidatos de ambos partidos podrían quedar definidos en un solo día. Por eso el nombre de "Supermartes" parece habérseles quedado pequeño a los medios estadounidenses, que echaron mano de la imaginación: "Super-duper-martes", "Super-mega-martes", "Giga-martes", "El martes del destino" o incluso, con dudoso gusto, "Tsunami Martes".

Para añadir picante a la salsa, ambas carreras llegan al 5 de febrero rebosantes de emoción. Entre los demócratas, el cara a cara entre Hillary Clinton y Barack Obama está despertando olas de expectación, y nadie se atreve a predecir qué puede ocurrir. La igualdad es tal que, al contrario de lo que se pensó durante todo 2007, es improbable que la cita del martes resuelva definitivamente quién de los dos será el elegido por el partido.

Los estrategas de ambas campañas ya miran con atención al 4 de marzo, cuando votarán Ohio (161 delegados) y Texas (228) . Las encuestas nacionales dicen que Clinton llega con entre 7 y 15 puntos de ventaja.

Entre los estados que más delegados reparten, la ex primera dama ganaría en California (441), Nueva York (287), Nueva Jersey (127), Massachusetts (121), Minnesota (88) y Misouri (88). Obama, por el contrario, sólo se impondría en el suyo, Illinois (185), y en Georgia (103).

Pero nadie se fía de los sondeos. En primer lugar, porque ya se equivocaron estrpitosamente en las primarias de New Hampshire. Y en segundo, porque el "efecto Obama", con un discurso basado en la esperanza, los sueños y el poder del cambio, con apoyos tan potentes y diversos como el "clan Kennedy", la reina de la televisión Oprah Winfrey o los diarios "Los Angeles Times", "La Opinión", "Boston Herald" o "Chicago Tribune" es tan potente como impredecible.

El senador de 46 años demostró desde el arranque de la carrera, y especialmente en Iowa y Carolina del Sur, que allá donde va convence. En un país con más de 5.000 kilómetros de una punta a otra, su problema es llegar a todos los sitios en unos pocos días.
"El calendario está comprimido, así que sin duda la senadora Clinton tiene ventaja. Es más conocida, yo todavía estoy siendo presentado a un montón de votantes ocasionales en los otros estados"
, reconoció en los últimos días el propio aspirante.

Desde que el sábado 26 de enero arrasara en las primarias de Carolina del Sur, Obama se lanzó a una frenética agenda de viajes. En los últimos seis días, preveía citas en Kansas, Missouri, Colorado, Arizona, California, Nuevo México, Idaho, Minnesota, de nuevo Missouri, de nuevo California, Delaware, Utah y Connecticut. Total: casi 15.000 kilómetros. Además, se gastó aproximadamente 10 millones de dólares para contratar anuncios televisivos en todos los estados que votarán, excepto en tres.

Clinton se lo tomó con más calma, y prefirió centrarse en el oeste, en California, Nuevo México, Arizona y Colorado, para asegurarse el voto latino, que, como ya ocurrió en Nevada, se perfila como clave para el devenir de las primarias.

El otro aspecto decisivo será a quién apoyarán los seguidores del populista John Edwards, que abandonó la carrera el miércoles. Al menos, el ambiente en la carrera se suavizó después de las tensiones previas a Carolina del Sur. El jueves, en el último debate antes del "Supermartes", Clinton y Obama terminaron abrazados entre risas y confidencias al oído.

Mucho más tensa es la lucha en el bando republicano, pero también más definido: el senador John McCain parece tener todos los ases en la mano para dejar sentenciada la lucha el martes ante su principal rival, el ex gobernador de Massachussets Mitt Romney. El héroe de Vietnam está delante en las encuestas en todos los estados importantes que votan el martes, excepto en la sureña Georgia, donde la mayoría evangelista se decanta por Mike Huckabee. Con escasos recursos pese a su impactante triunfo en Iowa, el ex gobernador de Arkansas está ya fuera de todas las apuestas para la nominación.

El sistema electoral en el partido republicano juega además a favor del senador de 71 años. Nueva York, Missouri, Nueva Jersey y Connecticut, donde tiene amplias ventajas en los sondeos, entregan todos sus delegados al ganador, en lugar de hacer un reparto proporcional al voto como en los demás.

La campaña de McCain, que estuvo a punto de naufragar hace medio año por falta de dinero, rueda ahora mismo cuesta abajo. Los dólares no son ya un problema, y los respaldos significativos no cesan: entre ellos, los del ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, apenas unas horas después de abandonar la carrera, y del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.

En sus cuarteles no esconden la euforia: "El senador McCain está tremendamente bien posicionado para ganar la nominación de nuestro partido y será el nominado 'de facto' después de las elecciones del Supermartes", aseguró Rick Davis, su director de campaña.

Según "The New York Times", la campaña de Romney está en zafarrancho de emergencia. Después de gastar 35 millones de dólares a lo largo de 2007 de su fortuna personal, el aspirante mormón inyectó una cifra aún desconocida en los últimos días para pagar anuncios por todo el país y despachó a todos los rincones a su esposa y sus cinco hijos.

La gran esperanza para Romney es que la campaña salga viva del "Supermartes", y para ello necesita ganar en California. "Ése es el estado a vigilar", citó el rotativo a Alex Castellanos, uno de sus estrategas.