La denominada "Generación Z" podría inclinar la balanza en las elecciones estadounidenses, pero las encuestas predicen que muchos de ellos no acudirán a las urnas. La jornada electoral que dirime mayoritariamente entre Donald Trump y Joe Biden avanza.
Decenas de millones de estadounidenses deciden si será el actual presidente republicano o el aspirante demócrata quien guiará los destinos de la superpotencia mundial, en unos comicios marcados por la división, la crispación y la pandemia de coronavirus, que causó hasta el momento 231.000 muertes, costó millones de puestos de trabajo y revolucionó la vida diaria.
Sin embargo, uno de los focos está puesto en el foco joven como bien recaba el informe de DW para Perfil.
Se espera una votación marcada por la incertidumbre, ya que el porcentaje récord de votos anticipados harán difícil que el resultado se sepa esta misma noche, y Trump ya adelantó que sus abogados están listos para un litigio.
Más de 100 millones de estadounidenses votaron de forma anticipada, lo que representa más del 47% de los votantes registrados en todo el país, indicó la cadena CNN.
Los centros de votación abrieron en Nueva York y también en puntos de otros estados del este como Nueva Jersey, Connecticut, Maine y Virginia y del centro como Texas, luego que Dixville Notch, una aldea nororiental de doce habitantes, ya había cumplido con su tradición de ser la primera localidad en abrir las urnas a medianoche.
Biden, que fue vicepresidente de Barack Obama y tiene 77 años, lidera las encuestas desde hace meses. Hoy estuvo en Scranton, su localidad natal en el estado de Pensilvania, y afirmó que su objetivo será "sanar al país" y llamó a "levantarse y recuperar" la democracia.
En una serie de tuits, el demócrata pidió el voto de los estadounidenses que "en 2008 y 2012, depositaron su confianza en mí para ayudar a liderar este país junto a Barack Obama". "Hoy, les pido una vez más su confianza, esta vez, en Kamala (Harris, su compañera de fórmula) y en mí. Podemos curar el alma de esta nación", escribió.
Trump, en tanto, de 74 años, se apoya en su incombustible energía, que le permitió mantener un ritmo frenético con el que promete volver a dar una sorpresa, con las encuestas en contra, tal y como lo hizo en 2016 frente a Hillary Clinton. Al comenzar la jornada, el mandatario dijo sentirse "muy bien" sobre sus chances de ser reelegido.
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En una entrevista telefónica concedida a la cadena Fox News se mostró confiado en que los republicanos "tendrán la victoria" sobre los demócratas encabezados por el candidato Joe Biden. El mandatario dijo asimismo que espera triunfar "en grande" en los estados clave de Arizona, Florida y Texas, y aseguró que le irá "muy bien" en Carolina del Norte y Pensilvania.
La carrera electoral estuvo marcada por la pandemia de la Covid-19, que ha dejado más de 231.000 muertos en el país.
Muchas miradas van a estar centradas en Florida, uno de los grandes estados bisagras que promete ser uno de los ejes del camino hacia la Casa Blanca. En 2016, Trump logró ganar en este bastión, pero ahora las encuestas dan una ligera ventaja a Biden, aunque dentro del margen de error. Otro de los bastiones que concentrará la atención es Pensilvania, donde las intenciones de voto lo dan como ganador a Biden, pero siempre también dentro de la incertidumbre del margen de error.